Hasta ahora Acnur ha apoyado a las autoridades griegas en los llamados 'hotspots' o centros de registro, donde los refugiados eran recibidos, asistidos y registrados. Sin embargo, cree que con las nuevas disposiciones estos centros se han convertido en instalaciones de detención, por lo que “de acuerdo con nuestra política de oposición a la detención obligatoria hemos suspendido algunas de nuestras actividades en todos los centros cerrados de las islas, incluyendo la provisión de transporte”, indicó en un comunicado.

No obstante, mantendrá su presencia en estos centros para supervisar la protección prestada y asegurar que persisten los estándares de derechos humanos y para proporcionar información sobre los derechos y procedimientos de petición de asilo.

El personal de Acnur también continuará presente en la costa y en los puertos marítimos para proporcionar asistencia en las labores de primera emergencia, incluido el transporte a los hospitales; asesorar en asilo a los recién llegados a Grecia, y aconsejar en cuanto a procedimientos de reunificación familiar y acceso a servicios.

Según Acnur, resulta “preocupante” que el acuerdo entre la UE y Turquía se implante en Grecia sin la puesta en marcha de las garantías exigidas, pues las islas ni tienen capacidad suficiente para evaluar las solicitudes de asilo, ni cuentan con las condiciones adecuadas para albergar de forma digna y segura a las personas mientras se toma una decisión sobre su solicitud.