En su discurso, Méndez de Vigo aseguró que “la educación de las personas adultas requiere toda nuestra atención”, ya que “es fundamental que el sistema educativo ofrezca a los mayores ampliar sus conocimientos y aptitudes para el desarrollo personal, social y profesional”.

Todo esto, añadió, contribuye a nuestra adaptación a una sociedad cada vez más globalizada. “Y una sociedad formada es una garantía para el desarrollo de nuestro país y para la interacción con el resto de países globalizados, señaló.

El primer premio de los ‘Miguel Hernández’ ha sido este año para el Centro FPA Mercé Rodoreda, de Elche (Alicante), por un proyecto educativo encaminado a atender la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran los alumnos que asisten a los centros de formación de personas adultas.

La experiencia va dirigida a alumnos que no han podido concluir los estudios básicos, que frecuentemente presentan agravantes personales, económicos, sociales y culturales que determinan el alto riesgo de exclusión social y laboral. El proyecto se diseña para poder ofrecerles un futuro mejor y cuyo primer objetivo es el desarrollo integral (personal, social, académico, laboral y emprendimiento) del alumnado que evite su exclusión social y laboral. Para conseguirlo se han puesto en marcha una serie de acciones innovadoras de calidad que parten de las necesidades y objetivos de sus alumnos.

El segundo premio ha sido para la Fundación Adunare, de Zaragoza, que ofrece para jóvenes adultos de 16 a 26 años, que abandonaron la educación antes de alcanzar la segunda etapa de la Educación Secundaria, una segunda oportunidad para alcanzar el nivel de formación básica y/o profesional suficiente que les dé acceso a una formación básica de mayor nivel, a una continuidad en su formación y, posteriormente, a un empleo.

El tercer premio ha sido para el Centro FPA La Atalaya, de Villena (Alicante), por un proyecto de alfabetización de adultos mediante nuevas tecnologías en un centro penitenciario.

En esta edición, se ha llevado un accésit Aexpainba, de Badajoz, por su proyecto de Oficina Central Extremeña de Inclusión Social para personas con inteligencia límite y discapacidad intelectual ligera.

Este colectivo es especialmente sensible, tanto en su etapa educativa, como en la formación a lo largo de la vida y su posterior integración social y laboral posterior. Con este proyecto se pretende proporcionarles una completa integración y reinserción social, con el fin de mejorar su calidad de vida y la de su entorno familiar. Se centra en medidas de atención tanto individual como grupal. Tras un proceso de investigación se diseñan itinerarios formativos adaptados a las necesidades de este colectivo y actuaciones de sensibilización social del entorno. Esta oficina aspira a ser el primer referente para todos los ciudadanos con discapacidad intelectual que se encuentren en riesgo o situación de exclusión.

Otro accésit ha recaído en la asociación Candelita, de Madrid, por un proyecto destinado a lograr la integración de las personas inmigrantes, fundamentalmente mujeres, en el municipio de Collado Villalba a través de la formación. Para ello se imparten clases de castellano y alfabetización a las madres de origen extranjero para que puedan participar en el proceso educativo de sus hijos y facilitar la participación e integración social.