La cerceta pardilla (‘Marmaronetta angustirostris‘) campaba hace 100 años a sus anchas por las marismas del Guadalquivir y era el pato reproductor más abundante. En 2015 apenas quedaban 23 parejas en Andalucía, cuando se trata de la anátida más amenazada de Europa.

Ambas especies se encuentran incluidas en el Libro Rojo de las Aves de España bajo la categoría de ‘en peligro crítico’ y están consideradas como ‘en peligro’ según el Catalogo Nacional de Especies Amenazadas. Su conservación está, además, integrada en los objetivos del Plan de recuperación y Conservación de Aves de Humedales.

Sin embargo, Carlos Molina, técnico de SEO/BirdLife en la Oficina de Doñana, indicó que “todas estas figuras de protección no han impedido que estas dos aves muestren un fuerte declive a largo plazo”. “La delicada situación en que se encuentran estas dos especies requiere la toma de medidas especiales con carácter urgente, así como incidir más en las causas de este declive”, subrayó.

SEO/BirdLife consideró “especialmente importante” que estas medidas se adopten especialmente en Andalucía, una comunidad que cuenta 25 humedales de importancia internacional, según el Convenio Ramsar y cuyas marismas acogen algunos de los últimos enclaves de reproducción de estas dos especies en Europa.

Varios de estos espacios se encuentran en una situación de conservación muy pobre, según el último análisis realizado por SEO/BirdLife en el marco de su campaña ‘Alas sobre Agua’, que trabaja en Doñana y otros humedales del país desde hace casi una década.

Además, esta ONG recalcó que las acciones deben ampliarse a otras especies en situación preocupante. “Es necesario incidir también en la conservación de la garcilla cangrejera, malvasía cabeciblanca o porrón pardo. Si bien su tendencia no muestra cifras tan preocupantes, se encuentran en situación de amenaza. Otro ave en una situación crítica es el porrón pardo, que cría en la comunidad de forma excepcional”, concluyó Dávila.