El informe sostiene que en España existe un “gran potencial desaprovechado” en la población entre 55 y 69 años que permitiría mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones.

El estudio asegura que entre las personas de estas edades hay una “capacidad adicional de trabajo” de 7,1 años de media, y afirma que la posibilidad de incrementar la tasa de actividad de este colectivo “aumenta con el grupo de edad y el nivel educativo”.

En este sentido, Fedea defiende que la salud de estas personas “no sería un obstáculo para un alargamiento de las vidas laborales que podría contribuir a suavizar significativamente los ajustes necesarios del sistema de pensiones ante una demografía adversa”.

La fundación afirma que esta cuestión es “muy relevante” en el caso de España dada la “creciente preocupación sobre la sostenibilidad de los sistemas de Seguridad Social debido al envejecimiento de la población” y a que el país tiene “una de las tasas de fecundidad más bajas de Europa”, a la par que una de las esperanzas de vida al nacer más alta.