El magistrado envió el pasado sábado a prisión a Alfonso Lázaro y Raúl García por haber incurrido presuntamente en un delito de enaltecimiento del terrorismo en la representación de una obra de títeres durante el Carnaval de Madrid. La decisión se basaba en la posibilidad de que los investigados pudieran huir o volver a incurrir en el mismo delito.

Ambos están en la prisión de Soto (Madrid) a la espera de que el juez Moreno tome una decisión sobre el recurso de reforma presentado por la defensa, previo informe de la Fiscalía. En este informe, el fiscal Rubira estima que ambos han acreditado “arraigo suficiente” por lo que no hay riesgo de fuga y tampoco cree que se puedan repetir los hechos, porque se ha incautado judicialmente “todo el material” empleado en la representación y se han rescindido las representaciones.

Por tanto, “al haberse disminuido el peligro de fuga, así como el riesgo de reiteración delictiva”, pide que se les deje en libertad provisional con la aplicación de las siguientes medidas cautelares: Comparecencias diarias ante el juzgado o comisaría más cercana a su domicilio, prohibición de salir del territorio nacional y retirada del pasaporte.

El juez Moreno imputa a los artistas enaltecimiento del terrorismo, penado con hasta tres años de prisión, y un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas garantizados por la Constitución, castigado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel.

RECURSO

Los abogados de los dos titiriteros recurrieron el pasado lunes ante el juez su ingreso en prisión por enaltecimiento del terrorismo al considerar que hay obras de ficción más violentas que la que representaron el viernes en los carnavales del distrito de Tetuán, en Madrid, como 'Rambo' o 'Pesadilla en Elm Street'.

Los letrados explicaron, en una nota de prensa, que hay multitud de obras clásicas, incluyendo las de Shakespeare o el 'Crimen y Castigo' de Dostoyevsky, en las que aparecen escenas sexuales explícitas y el asesinato de personas.

La defensa de ambos insiste en que la obra 'La Bruja y Don Cristobal' no estaba dirigida a un público infantil y que era "una sátira humorística representada con motivo de los Carnavales". De hecho, señala el recurso, la organización del Carnaval advertía en Facebook y en la programación de los festejos que no era una obra para niños.

Con todo, los abogados defienden que las escenas violentas, como el ahorcamiento de un juez o la violación de la bruja, son representadas por muñecos de trapo, por lo que el impacto visual de la muerte o la agresión es mucho menor que si estuviera protagonizada por actores.

Ya en relación directa al delito de enaltecimiento del terrorismo que se les achaca por la exhibición de una pancarta con la leyenda “Gora Alka ETA”, los abogados contextualizan el hecho, señalando que uno de los personajes se la coloca a la bruja para incriminarla a la vez que coloca una "albóndiga bomba".

Además, el recurso precisa que uno de los actores encarcelados padece un síndrome "polimalformativo" que le provoca que una parte de su cuerpo esté más desarrollada que la otra. "Derivar a una persona con una embriopatía congénita tan severa a prisión supone un riesgo excesivo e inaceptable".