Para ello, AT&T ha trabajado con sus empresas suministradoras con el fin de reducir el uso de papel un 60% y el de plástico un 30%, lo que permitirá recortar en 200 toneladas sus residuos.

Los cambios se aplicarán principalmente a accesorios como baterías, cables de datos y cargadores para coche, en los que se utilizará menos material de embalaje y se sustituirá el plástico por envases de papel y cartón reciclable, impresos con tintas ecológicas no derivadas del petróleo.

Asimismo, a lo largo de este año los proveedores de teléfonos de AT&T deberán empezar a aplicar las directrices aprobadas por la empresa en 2009, que también requieren la reducción de los embalajes, el uso de tintas sin petróleo y de papel reciclado en la documentación de los artículos.

Dichas directrices también fijan que los nuevos teléfonos y accesorios tendrán que estar fabricados con al menos un 65% de materiales reciclables, y ser compatibles con cargadores universales, válidos para la mayoría de los modelos y más eficientes en consumo energético.

Además, deberán cumplir la normativa de la Unión Europea para la restricción en el uso de sustancias peligrosas en equipamiento electrónico, y no contener productos mineros procedentes de zonas de conflicto de la República Democrática del Congo.