La FICR indicó que conviene poner en marcha un “enfoque de participación multisectorial” en el que gobiernos, donantes y organizaciones de la sociedad civil trabajen juntos para mejorar el saneamiento del medio ambiente, junto con una “estrategia integrada de control de vectores”, con el fin de frenar el virus zika y otras enfermedades virales diseminadas por el mosquito ‘Aedes aegypti’.

Walter Cotte, director de la Región de las Américas de la FICR, recalcó que “la única manera de detener la enfermedad del virus zika es el control de los mosquitos vectores o interrumpir por completo el contacto de persona a vector, y hacerlo junto con medidas para reducir la pobreza".

“Nuestra experiencia de décadas en la prevención y la respuesta a los brotes de dengue, la malaria, la enfermedad de Chagas y la chikungunya nos han enseñado que el saneamiento ambiental, el fortalecimiento de los sistemas de salud comunitaria y la comunicación pública en torno a la higiene salvan vidas”, apuntó.

Cotte comentó que los voluntarios de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja “pueden enviar rápidamente mensajes de salud cruciales que permiten a las comunidades tomar decisiones que reduzcan sus riesgos, como la eliminación de los criaderos de mosquitos”.

Por otro lado, la FICR subrayó que entre el 60 y el 80% de las personas infectada no muestran ningún síntoma de la enfermedad del virus zika, pero el resto pueden desarrollar fiebres, erupciones cutáneas, dolores musculares y dolores leves de cabeza. El Ministerio de Salud de Brasil indicó el pasado noviembre que existe una posible relación casual entre el zika y un aumento de las enfermedades neurológicas.

“Hace medio siglo, la Organización Panamericana de la Salud fue capaz de reducir el dengue en las Américas, e incluso eliminarlo en algunas áreas, a través de una estrategia de control de vectores. Pero el mosquito regresó y el número total de casos de dengue aumentó de 15.000 por año en la década de 1960 a 390 millones en la actualidad. No podemos permitir que esto continúe. Y no debemos permitir que suceda con el virus del zika”, apostilló Cotte.

La enfermedad del virus del zika lleva el nombre del bosque Zika en Uganda, donde se descubrió en 1947, por primera vez en un mono y un año después en el mosquito ‘Aedes africanus’. El primer caso humano fue registrado en Nigeria en 1952 y los primeros casos en América del llegaron el año pasado. Hay dos cepas del virus: el linaje africano, que surgió en Uganda, y el linaje asiático, que se está extendiendo en las Américas y el Pacífico.