Casi 490.000 personas están asediadas y hambrientas en Siria, según la ONU
- “Estamos en una carrera contra el tiempo”, apunta
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Alrededor de 486.700 personas viven actualmente en zonas sitiadas y de difícil alcance para la entrega de ayuda alimentaria u otro tipo de suministros humanitarios en Siria, de las que 274.200 están asediadas por las fuerzas del Gobierno, 200.000 por el grupo terrorista Daesh (o autodenominado Estado Islámico) y 12.500 por grupos armados no estatales y la organización islamista Frente Al Nusra.
Así lo afirmó este miércoles el secretario general adjunto y coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Stephen O’Brien, en un discurso pronunciado en Nueva York (Estados Unidos) ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pocos días antes de que la próxima semana se celebre en Londres (Reino Unido) una conferencia internacional de donantes para Siria.
O’Brien señaló que el pueblo sirio está sufriendo “uno de los conflictos más salvajes y brutales del siglo XXI” tras más de cinco años de guerra, que ha provocado más de 250.000 muertos; más de un millón de heridos; 6,5 millones de desplazados dentro de Siria; cerca de 4,6 millones de refugiados y gran parte de la población restante (unos 13,5 millones de ciudadanos) en “extrema necesidad de asistencia humanitaria”.
Este alto cargo de la ONU indicó que “el coste humano y social de este conflicto continúa en una espiral fuera de control”, con un “círculo vicioso de muerte y destrucción” que corre el riesgo de que se considere “normal”. “Es horrible, pero es evitable. Y debemos unirnos para detenerlo”, añadió.
O’Brien comentó que las fotos recientes de personas demacradas y niños hambrientos en la ciudad sitiada de Madaya “conmocionaron la conviencia colectiva del mundo”, y añadió que los convoyes humanitarios de Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Media Luna Roja Siria Árabe han entregado en las últimas dos semanas alimentos y suministros médicos para 60.000 personas durante un mes en las localidades asediadas de Madaya, Zabadani, Fua y Kefraya.
Además, indicó que 37 de las 400 personas que requieren atención médica en estos lugares han sido evacuadas, pero reclamó que pueda llegar más ayuda humanitaria, puesto que la última vez que ocurrió fue el pasado 15 de enero y la situación es “grave y crítica”, sobre todo en Madaya.
“LA PUNTA DEL ICEBERG”
Sin embargo, precisó que “la situación en Madaya es sólo la punta del iceberg” porque cerca de 4,6 millones de personas viven en zonas de difícil alcance y sujetas a diversas formas de restricciones a la circulación de personas y mercancías. De ellas, alrededor de 486.700 están asediadas y con poco o nulo acceso a alimentos.
O’Brien subrayó que “el uso continuado de asedio y hambre como arma de guerra es reprobable”, y recordó que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, comentó días atrás que tales tácticas pueden constituir un crimen de guerra. “Debe cesar de inmediato. La responsabilidad principal recae en la parte que mantiene el cerco y de manera rutinaria y sistemática niega a la gente las necesidades básicas vitales. Sin embargo, otras partes que realizan actividades militares en o desde zonas pobladas, utilizando a civiles como escudos y poniendo en peligro su seguridad, también tienen su parte de responsabilidad en el inmenso sufrimiento en las zonas sitiadas”, añadió.
Por otro lado, O’Brien lamentó que continúe “con total impunidad” el uso indiscriminado de armas en la población civil, zonas residenciales, las rutas de suministro de la ayuda y las infraestructuras civiles protegidas por el derecho internacional, lo que ha causado en la última semana cientos de muertos o heridos por armas explosivas, bombas de cañón, coches bomba y otros ataques aéreos.
Además, deploró que “los ataques contra hospitales y escuelas continúan sin cesar, con graves repercusiones para todos los civiles, incluidos dos millones de niños sin escolarizar”.
O’Brien recalcó que poco más del 10% de las 113 solicitudes de convoyes interinstitucionales solicitados el año pasado para ayuda humanitaria fueron aprobados, con lo que de esta forma “sólo” fueron atendidas 620.000 personas, cuando en 2013 eran 2,9 millones.
MÁS AYUDA HUMANITARIA
El pasado 11 de enero, la ONU pidió al Gobierno de Siria que autorizara la llegada de convoyes humanitarios a 46 zonas sitiadas y de difícil alcance durante el primer trimestre de este año, lo que permitiría ayudar a 1,7 millones de personas, pero a día de hoy no han sido aprobadas todas las solicitudes.
“Estamos en una carrera contra el tiempo. Cada vez más personas se están quedando fuera de nuestro alcance todos los días, ya que el conflicto se intensifica y las líneas de batalla se aprietan. En 2015, la ONU sólo entregó ayuda humanitaria a menos del 10% de las personas en zonas de difícil acceso y sólo a alrededor del 1% en las zonas sitiadas”, sentenció.
O’Brien reiteró que Naciones Unidas se compromete a entregar de forma segura “ayuda humanitaria neutral, imparcial e independiente a toda las personas directamente afectadas por los combates, según la necesidad y la vulnerabilidad y no por consideraciones políticas”. “Estamos dispuestos a ampliar la asistencia en cuanto las condiciones de seguridad y un acceso más sostenible lo permitan”, añadió.
Por último, O’Brien dejó claro que “no se puede culpar” a las organizaciones y al personal humanitario del “continuo sufrimiento de la gente en Siria”, sino que éste se debe al “fracaso de ambas partes y la comunidad internacional, que han permitido que este conflicto continúe durante demasiado tiempo”. “La acción humanitaria no puede ser un sustituto de la acción política. La única solución es a través del diálogo político”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
27 Ene 2016
MGR/gja