El pasado 2 de marzo, el Ayuntamiento envió al país andino a la Unidad de Atención de Emergencias y Desastres (UADE), formada por Samur-Protección Civil y Bomberos. Una semana después está previsto que regresen tras haber prestado su ayuda en una de las zonas más afectadas por las catástrofes, formando parte de un contingente de ayuda humanitaria fletado por la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional).

Penco, Lirquén, Curanilahue, Tomé, Dichato y Santa Clara han sido los lugares donde ha realizado su trabajo el contingente madrileño, formado por expertos y material específico de Bomberos y por nueve sanitarios (médicos y ATS) del Samur-Protección Civil, equipados con un hospital de campaña.

Bajo la coordinación de AECI, la misión del Samur-Protección Civil y Bomberos se ha dedicado a reconocer el estado estructural de todos los colegios, centros de salud y hospitales de Penco y Lirquén. El Hospital General y el Centro de Salud de la región de Curanilahue, el de Tomé y las viviendas de la parte más afectada de Penco y Lirquén también fueron inspeccionadas.

Estas labores permitieron que los centros de salud, que estaban clausurados, se pudieran abrir al público para ofrecer atención sanitaria y hospitalaria. Los trabajos realizados en los colegios permitirán que cuando se inicie el curso escolar -allí están a finales de verano- se haga con el máximo de seguridad para alumnos y profesores.

La misión ha realizado también un censo de las viviendas afectadas y sus daños, lo que permitirá a las autoridades establecer prioridades en la futura rehabilitación y ayudas más urgentes; y ha colaborado en el reparto de comida a la población.

Además, junto a los bomberos y el ejército chileno, han realizado labores de búsqueda de personas desaparecidas en Dichato y Santa Clara, poblaciones devastadas por el tsunami, "sin ningún resultado positivo", según informaron.

Atención sanitaria

Según los datos del Ayuntamiento, los nueve sanitarios de Samur-Protección Civil realizaron 420 asistencias en el puesto médico avanzado montado en un campo de fútbol situado entre Penco y Lirquen, a 20 kilómetros de Concepción, uno de los lugares más afectados por la catástrofe.

Según los miembros de la delegación madrileña, las patologías atendidas fueron principalmente heridas y gastroenteritis derivadas del consumo de agua en mal estado. Entre las actuaciones realizadas, destaca el traslado y posterior operación de una niña de 12 años con una peritonitis.