Entre los que se confiesan votantes del PP, el 24 por ciento valora la acción diplomática del Ejecutivo de manera positiva, y el 21 por ciento cree incluso que ha mejorado respecto a la anterior legislatura bajo presidencia de José María Aznar.

El responsable del estudio sociológico, Javier Noya, indicó durante la presentación de la encuesta que la evaluación de la política exterior del Gobierno está muy mediatizada por la procedencia ideológica de los encuestados.

Así, el 79 por ciento de los que dicen ser votantes del PSOE juzgan positiva la acción del Gobierno en esta materia. También lo creen así el 73 por ciento de los votantes de IU, mientras que sólo el 24 por ciento de los que apoyan al PP juzgan buena la acción del Ejecutivo.

Es más llamativo, que una quinta parte de los votantes del primer partido de la oposición respondan que la gestión exterior del Ejecutivo ha mejorado respecto a la anterior legislatura, hecho que el analista del Instituto Elcano atribuye a la fuerte oposición popular que generó la decisón de Aznar de apoyar la invasión de Iraq.

Esa participación en el conflicto armado cosechó la oposicón del 90 por ciento de la población y es un hecho que ha pesado de manera importante en los encuestados a la hora de comparar la política exterior del PP y del PSOE.

MEJORA LA RELACIÓN CON MARRUECOS

También son más los encuestados que consideran que las relaciones con Marruecos han mejorado respecto a la anterior legislatura. En concreto, son el 47 por ciento, frente a un 30 por ciento que las juzgan peores ahora.

Un amplio 79 por ciento de los ciudadanos considera que la reciente visita de los reyes a Ceuta y Melilla no afectará a la marcha de las relaciones bilaterales con el país norteafricano.

Ello es así, porque sólo el 18 por ciento entiende que la soberanía de las dos ciudades autónomas es un problema prioritario. En cambio, el 56 por ciento considera que la inmigración es el punto de fricción más importante entre ambos países.

MENOS APOYO A MISIONES INTERNACIONALES

En relación a las misiones internacionales en las que está involucrado el Ejército español, las de Afganistán y Líbano van perdiendo paulatinamente apoyo. Esta pérdida de apoyo se acentúa si se pregunta por la permanencia en caso de bajas.

El 71 por ciento de los encuestados está en desacuerdo con un hipotético aumento de la presencia de militares españoles en misiones exteriores y tres de cada cuatro apoyaría la retirada en caso de que hubiera muertos, frente a sólo un 17 por ciento que defiende la permanencia, incluso si se produjeran bajas.

Estas respuestas están más relacionadas con la percepción del peligro que corren las tropas españolas que con la legitimidad de las misiones, que en general respaldan los ciudadanos, al contrario de lo que ocurría en el caso de Iraq.

El apoyo a las misiones de Afganistán y Líbano disminuye paulatinamente para quedar en el 47 por ciento, mientras que el 49 por ciento de los encuestados evalúa la presencia de militares españoles en esos países como muy o bastante negativa. En cambio, la presencia de España en Bosnia, Kosovo y el Congo cuenta con el respaldo de la mitad de los encuestados.