En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, Fernández de la Vega se refirió al debate abierto como el reflejo de las diferencias que existen en la sociedad sobre una fiesta que cuenta con un gran apoyo social y también con muchos “detractores”, y alertó de que no debería ser “politizado”.

Desde el punto de vista competencial, precisó, al Gobierno no le cabe más que respetar las decisiones que tome cada comunidad autónoma, en el caso del Parlamento de Cataluña sobre la iniciativa legislativa popular que reclama la abolición de las corridas de toros, y en el caso de Madrid sobre su posible declaración como fiesta de interés cultural.

El Gobierno, añadió, siempre es más partidario de la libre elección que de la imposición”, y no cree razonable que un asunto de esta naturaleza despierte una “polémica institucional”.

En todo caso, precisó que no está en la agenda del Gobierno armonizar legislaciones sobre esa materia porque su prioridad ahora es la lucha contra la crisis económica y el desempleo.

No obstante, la vicepresidenta juzgó “desafortunadas” algunas reflexiones pronunciadas al hilo del debate en Cataluña, como la comparación de las corridas de todos con la violencia contra las mujeres. El debate es respetable, apuntó, pero hay que abordarlo “desde el rigor y hay cuestiones que no son admisibles”.