Un tercio del suelo del planeta está degradado, según la FAO

- Hoy se celebra el Día Mundial del Suelo

MADRID
SERVIMEDIA

Alrededor del 33% del suelo del planeta está moderada a altamente degradado por la erosión, la salinización, la compactación, la acidificación y la contaminación química, según el informe ‘El estado de los recursos de suelos en el mundo’, elaborado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

La publicación de este estudio, que reúne el trabajo de unos 200 científicos de 60 países, coincide con el Día Mundial del Suelo, que se celebra este sábado, 5 de diciembre, después de estrenarse el año pasado, y con la clausura del Año Internacional de los Suelos 2015.

La FAO indicó que “los suelos están en peligro, pero la degradación puede revertirse”, y advirtió de que las mayores amenazas son el crecimiento demográfico, la industrialización y el cambio climático.

El informe indica que los suelos son vitales para la producción de cultivos nutritivos y filtran y limpian decenas de miles de kilómetros cúbicos de agua cada año, al tiempo que, como importante almacén de carbono, ayudan a regular las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, con lo que resultan fundamentales para la regulación del clima.

Sin embargo, la conclusión más arrolladora del estudio es que “la mayor parte de los recursos mundiales de suelos se encuentran en condición mala o muy mala y que las condiciones están empeorando en muchos más casos de los que están mejorando”. En particular, un 33% de la tierra está degradada.

SIN VEGETACIÓN NATURAL

Por otro lado, los científicos destacan la necesidad de alimentar a una población mundial formada hoy por cerca de 7.300 millones de personas y que más de un 35% de la superficie terrestre libre de hielo del planeta se ha destinado a la agricultura. En consecuencia, los suelos que han sido despejados de la vegetación natural para cultivar o llevar a pastar el ganado sufren fuertes aumentos de la erosión y grandes pérdidas de carbono, nutrientes y biodiversidad.

Además, el estudio recalca que la urbanización “está haciendo pagar un precio elevado” al suelo porque el rápido crecimiento de las ciudades y las industrias ha degradado áreas cada vez más limpias y ha contaminado las tierras con exceso de sal, acidez y metales pesados; las ha compactado con maquinaria pesada y has ha sellado de forma permanente bajo el asfalto y el cemento.

El cambio climático es un motivo adicional de la transformación del suelo porque temperaturas más altas y los fenómenos extremos relacionados, como sequías, inundaciones y tormentas, impactan en la cantidad y la fertilidad del suelo de diversas maneras, como reduciendo la humedad y agotando las capas arables ricas en nutrientes, al tiempo que contribuyen al aumento de la tasa de erosión y al retroceso de las costas.

PRIORIDADES

Ante esta situación, la FAO propone cuatro prioridades, entre ellas minimizar una mayor degradación de los suelos y restaurar la productividad de los que ya están degradados en las regiones donde las personas son más vulnerables, y estabilizar las reservas mundiales de materia orgánica.

Estabilizar o reducir el consumo mundial de fertilizantes con nitrógeno y fósforo, y mejorar el conocimiento sobre el estado y la tendencia de las condiciones del suelo son las otras dos prioridades.

No en vano, el informe subraya que hay un consenso general sobre las estrategias relacionadas con el suelo que pueden aumentar el suministro de alimentos y minimizar los impactos ambientales nocivos, ante lo cual se requiere de la elevada participación de las partes interesadas, desde los gobiernos hasta los pequeños agricultores.

Por el ejemplo, la erosión (que se lleva de 25 a 40.000 millones de toneladas de capa arable al año) puede combatirse con la reducción o la eliminación de la labranza (cavar, remover y voltear el suelo) y el uso de los residuos de la cosecha para proteger la superficie de los efectos de la lluvia y el viento. Ante la falta de nutrientes, los suelos pueden ser restaurados y los rendimientos aumentados devolviendo los residuos de cultivos y otros materiales orgánicos a la tierra, con la rotación de cultivos y utilizando juiciosamente fertilizantes orgánicos y minerales.

(SERVIMEDIA)
05 Dic 2015
MGR/gja