Medio ambiente

El 53% de los embalses están vinculados a espacios protegidos en España

- Según SEO/BirdLife con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra hoy

MADRID
SERVIMEDIA

Más de la mitad de los 1.092 embalses que hay en España -concretamente 579, el 53%- están directamente relacionados con un espacio natural protegido de la Red Natura 2000 y el solapamiento con las áreas protegidas en 425 (un 39% del total) es superior al 90% de la superficie.

Además, un 28,9% de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en España presentan algún tipo de solapamiento con embalses, cifra que alcanza un 19,9% en el caso de los Lugares de Interés Comunitario (LIC) y Zonas Especiales de Conservación (ZEC). En definitiva, 460 espacios protegidos de la Red Natura 2000 terrestre, de los 2.026 que existen en España, presentan algún grado de solapamiento con embalses y ello es un aspecto especialmente relevante en, al menos, 67 de estos espacios.

Estos datos figuran en el informe 'Los embalses en España y su relación con la conservación de la Red Natura 2000', elaborado por SEO/BirdLife con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y dado a conocer este martes coincidiendo con el Día Mundial del Agua.

Pese a la vinculación entre embalses y patrimonio natural protegido, el estudio concluye que, en la mayoría de los casos, las normas de explotación de estas infraestructuras hídricas no tienen en cuenta esa variable, lo que 'de facto' implica que su gestión puede afectar al espacio protegido y a las especies por las que éste fue declarado, especialmente aves.

El informe apunta que 111 especies de aves que dependen del agua (un 30% de las especies de aves habituales en España) están presentes en las ZEPA. Veintidós especies han sido registradas en más de 50 embalses que son ZEPA. Las que presentan mayor número de registros son, por orden: ánade azulón, cigüeña blanca, garza real, somormujo lavanco, martín pescador común, cormorán grande, focha común, andarríos chico y zampullín común.

Entre las especies aves amenazadas que dependen del agua, con mayor número de registros en ZEPA con embalse, están algunas como el martín pescador común, la cigüeña negra, el águila pescadora, los porrones europeos y moñudo, o la espátula común.

CONSERVACIÓN DE ESPACIOS

Con vistas a la aprobación del tercer ciclo de planificación hidrológica, SEO/BirdLife insta al Gobierno a abordar este déficit que presenta la gestión de áreas protegidas y asegurar que la gestión de los embalses sea completamente compatible con la conservación de los espacios naturales protegidos, sus valores y los usos y actividades sostenibles que las comunidades locales desarrollan en ellos.

En este sentido, el informe recomienda que los acuerdos de concesión de los embalses incorporen un apartado que aborde esta cuestión y, en concreto, detalle las medidas dirigidas a la conservación de los hábitat y especies prioritarias, así como un régimen de gestión de llenado y desembalse que asegure caudales ecológicos, superficies mínimas de inundación y la conservación general del espacio.

"La instalación de embalses abre brechas en la conservación de nuestro patrimonio hídrico y natural, más aún en un contexto de crisis ecológica. En España lo sabemos muy bien: somos uno de los países con ríos más intervenidos del mundo. Asumiendo esta situación, es imprescindible que pongamos estas infraestructuras al servicio del cuidado de nuestra agua y de nuestra naturaleza. Hay importante margen de mejora. Conectar las reglas de explotación de los embalses con la conservación de los espacios naturales donde se ubican es una oportunidad de país inaplazable. El agua es un bien común, no un interés comercial”, señaló Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

ESTRICTA NECESIDAD

La ocupación del ecosistema fluvial por parte de un gran embalse produce impactos ambientales, así como la modificación de ecosistemas singulares y sensibles. Por ello, desde una perspectiva de conservación del patrimonio natural, el desarrollo de estas infraestructuras debe limitarse a criterios de estricta y justificada necesidad, según SEO/BirdLife.

Una vez creado el embalse, la naturaleza se adapta y en bastantes casos se generan nuevos espacios que, por su alto valor ecológico, acaban siendo protegidos en cumplimiento de la normativa de la UE y de España. El problema de conservación que puede surgir entonces es que las normas de gestión del embalse –de acumulación y vertido de agua en cada momento– no tengan en cuenta las necesidades de conservación de ese espacio, y las decisiones pueden afectar de lleno a sus valores ecológicos o incluso a la supervivencia de especies protegidas por las que fue declarado el espacio. Por ejemplo, un desembalsado rápido en época de reproducción de especies protegidas puede acabar con las crías.

"Es preciso establecer, de forma clara, los requisitos adicionales de protección en los espacios protegidos por la Red Natura 2000 y que estos queden reflejados en los planes de gestión de los espacios y en los planes hidrológicos correspondientes”, subrayó Roberto González, responsable del Programa de Aguas de SEO/BirdLife y coordinador del estudio.

(SERVIMEDIA)
22 Mar 2022
MGR/clc