Cumbre Clima. El hambre se disparará en 2080 si no se reducen las emisiones de CO2, según la ONU
- Gracias a una herramienta elaborada con Met Office que proyecta la inseguridad alimentaria en 2050 y 2080

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La vulnerabilidad al hambre aumentará en la década de 2080 si en la Cumbre del Clima de París no se llega a un acuerdo que obligue a la reducción de gases de efecto invernadero, a pesar de que para entonces se pongan en marcha medidas de adaptación al cambio climático.
Así se desprende de una herramienta de investigación elaborada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), agencia especializada de la ONU en la lucha contra el hambre, y por el servicio meteorológico del Reino Unido (Met Office), la cual se dio a conocer este martes en la Cumbre del Clima.
Esa herramienta, denominada ‘Índice de Vulnerabilidad de la Inseguridad Alimentaria y el Cambio Climático’, puede consultarse en la web ‘www.wfp.org/climate-food-insecurity-vulnerability-index’ y fue presentada en París por la directora ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin, y la directora cientitífica de Met Office, Julia Slingo.
Se trata de un mapa que incorpora cinco años de investigación conjunta entre los expertos de seguridad alimentaria del PMA y científicos de renombre internacional del Centro Hadley de Met Office, muestra cómo el cambio climático afecta hoy en día a la seguridad alimentaria de los países menos desarrollados y, mediante sofisticadas proyecciones, pronostica dónde afectará en el futuro dependiendo de la acción climática.
La herramienta señala que, dependiendo del resultado de las negociaciones de París, las generaciones futuras heredarán un mundo con menor vulnerabilidad que el de hoy o un planeta significativamente más vulnerable a la inseguridad alimentaria.
Así, refleja que los grandes esfuerzos de adaptación y mitigación del cambio climático previenen los peores impactos del calentamiento global sobre el hambre en todo el mundo y ayudan a que las personas sean menos vulnerables a la inseguridad alimentaria, pero también que se incrementaría la exposición al hambre y a la malnutrición de millones de personas si no se consigue esa adaptación y continúan aumentando los gases de efecto invernadero.
PROYECCIONES PARA 2050 Y 2080
El mapa, que excluye a los países de la OCDE y otros (como Arabia Saudí, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Gabón), permite combinar tres escenarios históricos (ahora, 2050 y 2080) con niveles bajos, medios y altos tanto de emisiones de gases contaminantes como de la adaptación al cambio climático.
La situación actual es que los niveles más altos de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria relacionada con el clima se sitúan en África subsahariana, los intermedios en Asia y los más bajos en América Central y Sudamérica.
Para la década de 2050, millones de personas se enfrentarán a mayores niveles de vulnerabilidad alimentaria independientemente de la evolución de las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes, debido a la “inercia en el sistema climático” (una respuesta de calentamiento tardía a las emisiones previas), lo que implica que el planeta estará expuesto a un cierto nivel cambio climático hasta mediados de este siglo.
El PMA y Met Office prevén que si se produce una reducción rápida y prolongada de las futuras emisiones contaminantes, la vulnerabilidad alimentaria permanecería estable pasada la década de 2050 hasta la de 2080, aunque mejoraría la situación actual si se aplican medidas de adaptación.
Sin embargo, un aumento considerable de las emisiones futuras supondría un aumento del hambre a partir de 2050 y la situación en 2080 podría ser peor que la de ahora pese a que las medidas de adaptación pueden limitar ese deterioro.
Ertharin Cousin señaló que el mapa muestra “una dura imagen de cómo los desastres climáticos conducen al hambre". "En París debemos decidir entre un mundo futuro en el que acabar con el hambre es posible u otro en donde nosotros y las generaciones futuras continuaremos perdiendo la batalla al responder al azote del hambre”, recalcó.
“Ayudar a las poblaciones vulnerables a que se adapten y fortalezcan su resiliencia a las disrupciones relacionadas con el clima requiere identificar financiación suficiente y predecible. Si nuestros líderes aciertan en París, acabaremos con el hambre para 2030 y proporcionaremos a las generaciones futuras una oportunidad de disfrutar de seguridad alimentaria sostenible y duradera”, añadió.
(SERVIMEDIA)
01 Dic 2015
MGR/gja