"No me gustaría ser presidenta del Gobierno. Yo estoy para ayudar a Rajoy. Hay que vivir el presente", dijo durante su intervención en el programa de Cuatro 'Planeta Calleja'.

En su conversación con el conductor del programa, la 'número dos' del Ejecutivo subrayó que en España siempre ha gobernado el partido que ha obtenido más votos y espera que siga siendo así tras las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Preguntada por un posible acuerdo del PP con Ciudadanos, apuntó que ese partido es "una incógnita absoluta".

Asimimo, defendió las decisiones tomadas por el Gobierno durante la crisis, porque la situación era "muchísimo peor" de lo que creían y "había que elegir entre subir los impuestos o eliminar servicios públicos".

ENFADO DE SU PADRE

La vicepresidenta relató cómo su padre "se llevó un rebote importante" cuando supo que iría en las listas al Congreso de los Diputados y le advirtió de que su currículum hasta ese momento no serviría "de nada".

Aseguró que los corruptos "no tienen ni ideología ni vergüenza" y reconoció que la corrupcion ha sido "un problema para los dos grandes partidos que gobiernan".

La rival que más le ha gustado en las sesiones de control en el Congreso era su antecesora María Teresa Fernández de la Vega porque "no necesitábamos citar nada personal para tener un debate".

Recordó las críticas que recibió por coger solo una semana de baja después de nacer su hijo y se preguntó "por qué los derechos de las mujeres se acaban convirtiendo en deberes".

La vicepresidenta negó que exista "rivalidad" entre ella y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal. "Os encanta", dijo, en referencia a los hombres, pero en realidad "las mujeres somos más prácticas".