Expertos recomiendan a los profesores hablar en clase sobre los atentados de París

MADRID
SERVIMEDIA

La psicóloga Ana Herrero, coordinadora de los departamentos de Orientación de los colegios Brains, mantiene que uno de los principales cometidos de un colegio es ayudar a los alumnos a comprender el mundo en que viven y, por ello, considera esencial que los profesores y orientadores hablen en clase de temas impactantes como los recientes atentados terroristas de París; "las veces que haga falta, ya que no podemos vivir de espaldas al mundo”.

Herrero declaró a Servimedia que los niños “están inmersos en la realidad y han oído hablar de lo sucedido en París, igual que también conocieron los atentados de Atocha, los de 'Charlie Hebdo' o los efectos del último tifón de Filipinas”.

Al igual que ha ocurrido tras otras tragedias, los centros Brains han puesto en marcha un programa para abordar lo sucedido en Francia desde el aula. A juicio de esta psicóloga, “debemos hablar sobre estos hechos, por terribles que sean, pues no debemos vivir de espaldas al mundo”. Considera que “lo primero que tenemos que hacer es mirarnos a nosotros mismos y detectar qué sentimientos nos ha causado la matanza de París”.

La razón, explicó, es que los niños, sobre todo los más pequeños, “al final se quedan más con el cómo que con el qué les decimos”. A través del lenguaje no verbal y de las expresiones “van a entender si lo vivimos con miedo, con rabia, con angustia”, y esos sentimientos les van a influir.

Por eso, primero “hay que analizarse a uno mismo, pues conviene tratar este asunto con un enfoque educativo y si no se tiene claro, pedir ayuda a un experto o abordarlo en equipo".

A continuación, el profesor debe preguntar a los niños, pues “no sabemos de qué información dispone cada uno”. “Algunos han podido ver imágenes sin filtro y otros solo oído algo; algunos lo habrán hablado en casa, otros no”. Tras ello, Herrero sugirió que el docente debe “guiar a sus alumnos” mediante preguntas para que expresen qué sienten ante estos hechos, qué harían como respuesta y qué consecuencia tendría esa supuesta reacción.

El objetivo es que verbalicen sus sentimientos y que los canalicen de una forma positiva, explicó Herrero, pues “los más frecuentes, el miedo y la rabia, tienen efectos muy perniciosos”. Además, es una forma de prevenir posibles reacciones viscerales como la venganza o el odio a los diferentes.

“Si les preguntamos y cuestionamos progresivamente sus respuestas”, los alumnos podrán reflexionar sobre unas emociones que a priori son muy primarias y racionalizarlas, agregó.

El propósito último es fomentar un pensamiento crítico y para esto las preguntas y los debates resultan muy útiles, siempre adaptados a las edades y las características de cada grupo, insistió. "Otras técnicas, como realizar dibujos o escribir un relato, a veces ayudan mucho, si bien es cierto que con algunos niños funcionan muy bien y con otros, no tanto”, señaló.

DÓNDE HACERLO

Para Herrero, estos temas se deben abordar en casa y en clase, ya sea durante las tutorías, ya en las horas lectivas con carga académica. “Todo depende de los niños y de sus edades”, indicó, tras subrayar que la mayoría de las veces “son ellos los que llegan con preguntas a sus profesores”.

En los colegios Brains sucedió así con el atentado de 'Charlie Hebdo' y con el huracán de Filipinas, pues “los niños venían muy alterados y preocupados”. Lo mismo ha sucedido ahora ante los atentados de París, y por eso han puesto en marcha en las tutorías la iniciativa 'Filosofía para niños', que fomenta el debate mediante preguntas relativas a sentimientos y valores entre los más pequeños.

“Depende un poco también de la flexibilidad del profesor y de su disposición. Quizás en el caso de los alumnos menores sea más conveniente abordarlo en las horas de tutoría, aunque cuanto mayores son los alumnos el abordaje en asignaturas como Filosofía, Historia o Ética casi viene dado”, explicó la psicóloga.

(SERVIMEDIA)
22 Nov 2015
AGQ/gja/caa