El Consejo de Gobierno de Baleares aprobó ayer, viernes, solicitar al departamento de Espinosa que proteja el atún rojo con la creación de un santuario en las aguas sureñas de estas islas, ya que se trata de la zona más importante de desove de esta especie en el mar Mediterráneo.

Greenpeace lamentó que, mientras el Ejecutivo balear hacía esta propuesta, la Secretaría de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat, según sus siglas en inglés) informaba a lo delegados que sólo un 43% de las capturas eran legales y que 8.614 de las 19.000 toneladas capturadas seis meses después del fin de la época de captura han sido legalmente declaradas.

La responsable de Océanos de Greenpeace, Celia Ojeda, vio "incomprensible que el Gobierno español condicione la prohibición del comercio internacional del atún rojo a los informes del Iccat. España debería seguir el ejemplo balear y hacer algo para que la especie no desaparezca de nuestros mares".

Greenpeace recordó que en diez días comenzará una reunión de la Convención para la Protección de Especies en Peligro de Extinción (Cites, en sus siglas en inglés), que se celebrará en Qatar y donde se votará la inclusión del atún rojo en el apéndice I del Convenio, lo que supondría la prohibición del comercio internacional de esta especie.

"España, que preside la UE, no ha hecho pública aún su posición, aunque sí se ha molestado en boicotear las votaciones dentro del Parlamento Europeo y de presionar en el Parlamento español por una postura en contra a la protección de esta especie", concluyó Greenpeace.