Estas personas, las que tienen baja visión, explicó a Servimedia Carol Camino, presidenta de la citada sociedad, son las que tienen un campo y un porcentaje de agudeza visual reducidos pero no tanto como para considerarse legalmente ciegas y, por ello, para afiliarse a la ONCE y beneficiarse de sus ayudas.

Aunque estos pacientes, añadió, tienen muchas veces posibilidades de aprovechar su resto visual, no lo saben, por lo que pidió a oftalmólogos, médicos de familia y administraciones más “concienciación” en este sentido para que les deriven a centros especializados capaces de ayudarles a sacar más rendimiento a su vista.

Estos centros, indicó Camino, son los que dependen de la Sociedad Española de Especialistas en Baja Visión, constituida hace ocho años precisamente para este fin, el de ayudar a las personas con un resto visual reducido a aprovecharlo mejor.

Pero, lamentablemente, agregó la presidenta de la Seebv, todavía hay muchos oftalmólogos que no derivan a sus pacientes con baja visión a centros especializados para que les orienten a la hora de sacar más rendimiento a su vista con ayudas ópticas tales como lupas, filtros, microscopios o telescopios.

Hay pacientes, aseguró Camino, que se han pasado 10 años sin leer porque pensaban que no podían hacerlo y han descubierto, al cabo de ese tiempo, que sí tienen la posibilidad de hacerlo con ayudas ópticas.

El problema de los centros de baja visión, reconoció la presidenta de la sociedad que los agrupa, es, además del desconocimiento que existe sobre ellos, el hecho de que no tienen cobertura pública, con lo que hay pacientes que tienen vetado su acceso.

Consciente de las dificultades económicas que atraviesa el país y de lo difícil que es pedir ahora subvenciones para este tipo de ayudas ópticas, la presidenta de los expertos en baja visión sí demanda, al menos, “mayor concienciación” por parte de los médicos y en la medida de sus posibilidades, de las administraciones, para que informen y difundan la existencia de centros expertos en visión reducida y ayuden por lo menos a los más desfavorecidos a acceder a ellos.

La baja visión es, según la sociedad española de especialistas en este problema, la condición visual que tiene una persona con una reducción importante de su visión y que no mejora utilizando la adecuada corrección en gafas, lentes de contacto e incluso acertados tratamientos médicos, farmacológicos o quirúrgicos, lo que dificulta la realización de actividades en la vida cotidiana.