Los obispos españoles estudiarán cómo acelerar respuestas “concretas” a la crisis de los refugiados
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La Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) presentará esta semana una propuesta a los obispos para acelerar una respuesta coordinada a la crisis de los refugiados.
Así lo dijo a la prensa el director del Secretariado de la citada Comisión, José Luis Pinilla, tras la apertura de la CVI Asamblea Plenaria de la CEE que comenzó este lunes, y que arrancó con un minuto de silencio de todos los prelados y la condena de su presidente, el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, por los atentados de París. "Que se utilice el nombre santo de Dios para justificarlo es una profanación, como dijo el papa ayer, una blasfemia”, dijo.
Las organizaciones católicas Cáritas, Confer, Justicia y Paz y la propia CEE llevan mucho tiempo trabajando para proponer “respuestas concretas” y de forma coordinada desde todas las diócesis, y para que todos los obispos españoles tengan un mensaje único ante la catástrofe humanitaria que se está produciendo en Europa por las miles de personas que huyen de Oriente Medio, especialmente por el conflicto sirio.
Por ello, Pinilla destacó que el nuncio de la Santa Sede, Renzo Fratini, pusiese el acento en la próxima jornada de las migraciones, que tendrá lugar en enero. El embajador del Vaticano, que tomó la palabra tras el presidente en la apertura de la jornada, también dedicó gran parte de su discurso a los refugiados y pidió “sensibilizar a todos los fieles” sobre la situación de quienes huyen de las guerras de Oriente Próximo, “particularmente” con los cristianos perseguidos.
“La situación, evidentemente, afecta a políticas que han de estudiar y revisar su eficacia en la cooperación y desarrollo sostenible de los países empobrecidos, así como a la voluntad de acción de las grandes potencias, a fin de resolver este tipo de conflictos que a todos nos afectan. Sin embargo, nosotros no podemos quedar expectantes y mirar de brazos cruzados”, dijo.
NULIDADES Y FAMILIA
Los discursos de apertura de la reunión de obispos también abordaron otros asuntos de actualidad. El cardenal Blázquez se refirió a la aconfesionalidad del Estado, a los nuevos nombramientos que se han producido en la Iglesia Española (como la sustitución del cardenal Lluís Martínez Sistach, por Juan José Omella, al frente del arzobispado de Barcelona) y al nacionalismo, la ecología y las distintas problemáticas que se producen en el seno de la familia contemporánea.
Blázquez pidió seguir los pasos del reciente sínodo de la familia que propone “una nueva sensibilidad para captar los valores positivos que pueda haber en esas situaciones deficitarias”, en referencia a las nuevas formas de convivencia familiar, con especial atención a las “personas heridas por la vida” por migraciones, desplazamientos forzados, guerras, hambre, miseria, sufrimiento de violencia en la familia, soledad. “A nadie debemos abandonar, ni dejar a merced de vientos y tempestades; debemos acercarnos a caminar con ellos”, dijo.
Tras recordar que hay “nostalgia de familia entre los jóvenes”, subrayó que “la realidad familiar está profundamente enraizada en la condición humana”. “La familia está a la intemperie y fuera de la casa hace mucho frío”, aseveró, denunciando que “no hay respaldo coherente en la sociedad y en el Estado” y que la familia pierde “identidad” ante un contexto que incluye “formas de convivencia muy dispares”.
Aunque el matrimonio católico se basa en la unión de “varón y mujer” y “para la transmisión de la vida”, debe buscarse una “nueva sensibilidad para captar los valores positivos que pueda haber en esas situaciones deficitarias”.
“Se deben evitar las palabras y los gestos ofensivos; no deben ser consideradas como excluidas de la Iglesia ni se les debe cerrar el paso a una progresiva incorporación” a las “personas heridas por la vida”, insistió.
IGLESIAS ABIERTAS
Por ello, en el marco del Año de la Misericordia propuesto por el Papa, el plan pastoral de la CEE buscará “reavivar el ardor evangelizador de las comunidades” durante el periodo 2016-2020. “Queremos ser iglesias abiertas, acogedoras, preocupadas por el bien de quienes no están con nosotros”, concluyó.
En este marco, Fratini también pidió “humanizar la sociedad” ante la falta de esperanza que vive y que la Iglesia sea “samaritana y compasiva” de cara a la reforma de los procesos de nulidad matrimonial que comenzará a aplicarse a partir del próximo 8 de diciembre. Por ello pidió a los obispos españoles que den prioridad a la “ocasión pastoral de manifestar una inmediata cercanía de todos los que intervienen y, en particular, del obispo” y que se garantice el papel “de juez” del obispo en la propia iglesia particular.
En este ámbito ofreció la colaboración de la Nunciatura y la disponibilidad de sus miembros, por la “preparación y pericia” que tienen en casos de nulidades.
(SERVIMEDIA)
16 Nov 2015
AHP/gja