Esa es la principal conclusión tras la conversación que ambos mantuvieron este domingo, según explicaron fuentes de ambas formaciones.

La conversación se produjo en torno a las cinco de la tarde y duró unos veinticinco minutos. Ambos llevaban varios días intentando hablar telefónicamente después de haberse reunido por separado con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que los convocó a La Moncloa para tratar con ellos el reto independentista en Cataluña.

Rajoy comió el pasado miércoles con el líder socialista, y el viernes recibió a los candidatos de Ciudadanos, Alberto Rivera, y después a Iglesias, en una ronda que continuará este lunes con el candidato de Izquierda Unida, Alberto Garzón,y el martes con el de UPyD, Andrés Herzog, y con el líder de Unió Democràtica de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida.

Sánchez habló también telefónicamente el sábado con Albert Rivera, con quien también coincide en la preocupación pero no en las medidas a afrontar. Los socialistas mantienen su defensa de una reforma de la Constitución como imprescindible para resolver el encaje de Cataluña en España.

Iglesias, por su parte, defiende también la necesidad de plasmar cinco grandes "garantías" en la Constitución, una de ellas territorial. Sin embargo, de la conversación telefónica de este domingo no salió ninguna aproximación entre ambos, aunque quedaron en seguir hablando.

Sánchez e Iglesias coinciden, eso sí, en que debe haber soluciones "políticas" a la situación en Cataluña y Rajoy no ha aportado ninguna.

No es la primera vez que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias conversan sobre la situación política, aunque esta vez ha sido por teléfono y el asunto central ha sido Cataluña. El pasado 3 de junio ambos compartieron cena en un restaurante madrileño y tuvieron la oportunidad de contrastar personalmente sus puntos de vista sobre la situación política y el papel que sus formaciones juegan en ella.