En una entrevista distendida en 'El Hormiguero' de Antena 3 Televisión, recogida por Servimedia, Sáenz de Santamaría respondió así a la polémica suscitada por las declaraciones de Aznar de la última semana en las que ha vuelto a cuestionar el liderazgo de Mariano Rajoy al asegurar que el resultado cosechado por el PP en las elecciones catalanes sitúan al partido en el peor escenario y que este es el quinto aviso de los ciudadanos que recibe en las urnas.

Sáenz de Santamaría aseguró sobre la relación de Aznar y Rajoy que "no creo que estén enfadados" pero pidió al expresidente que sea un poco más comprensivo con la gestión que ha tenido que hacer el Gobierno actual, "aunque sólo sea por esa corriente de solidaridad" que debería de existir entre quienes han dirigido La Moncloa.

La 'mano derecha' de Rajoy apuntó que Aznar "tiene su manera de hacer las cosas" pero dejó claro que no comparte las manifestaciones que ha realizado en la última semana y que han levantado una polémica interna por las críticas del presidente de honor del PP hacia su propio partido y hacia el líder actual, al que en agosto de 2003 designó personalmente como su sucesor.

Sáenz de Santamaría subrayó que ahora "es momento de trabajar y construir" ante la cercanía de las elecciones generales del 20 de diciembre y añadió que Aznar debería "saber valorar las dificultades de este gobierno para encontrarnos como nos encontramos" el país al recibir la herencia que dejó en 2011 el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

"Los que han sido presidentes del Gobierno saben lo difícil que es esto y lo solitario que es el ejercicio del poder", comentó la vicepresidenta, quien además alabó el trabajo de Rajoy y su candidatura a la reelección por tratarse de "una persona fiable y que tiene mucha experiencia".

Frente a quienes le acusan de inmovilista y no tomar decisiones, Sáenz de Santamaría reconoció que Rajoy es más "tranquilote" que otros políticos pero adujo que "para algunas cosas la serenidad es una garantía", sobre todo en momentos de presión como el que España atravesó en 2012 cuando parecía abocada al rescate económico y todos los días eran como "vivir al borde del precipicio".

Sáenz de Santamaría negó que ella aspire a suceder a Rajoy al frente del Gobierno, aunque reconoció que se lo preguntan con frecuencia, y se mostró satisfecha de haber aportado un "liderazgo femenino" durante estos cuatro años en La Moncloa como vicepresidenta.

Por último, explicó que en estos cuatro años ha sentido "responsabilidad, adrenalina y ansiedad alguna vez" aunque, cuando las cosas se ponen complicadas, siempre le queda "el comodín de la llamada" de consultar la decisión al propio Rajoy. Añadió que intenta aguantar las críticas a su gestión poniéndose en modo "zen" pero que cuando entran en el terreno familiar le hacen "daño".