En esta ocasión, el establecimiento que tuvo el honor de contar con la presencia del jefe del Ejecutivo fue ‘Casa Manolo’, ubicado en las inmediaciones del Congreso de los Diputados y especializado, entre otros manjares, en las croquetas. Tras la aprobarse las cuentas públicas para 2016 en la Cámara Baja, y a pesar de la intensa lluvia que caía en ese momento sobre Madrid, el presidente retó al tiempo y compartió paraguas con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, hasta el establecimiento.

Durante el tiempo que duró la comida, la sesión se reanudó y se debatió en la Cámara Baja la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana y comenzó el debate de la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, con la defensa del portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Rafael Hernando, ausente en todo momento de la comida.

DISTENDIDA SOBREMESA

El presidente del Gobierno estuvo acompañado por Sáenz de Santamaría; el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso; el secretario de Estado de Relaciones con la Cortes, José Luis Ayllón, y el presidente del Congreso, Jesús Posada, que atendiendo a sus obligaciones parlamentarias, abandonó el local antes de que se diera por terminada la comida.

Rajoy, que fue solícito y se mostró cercano con todas aquellas personas que se le acercaban para hacerse una foto con él, disfrutó de una comida que se prolongó por espacio de dos horas debido a una distendida sobremesa.

El presidente demostró en su conversación, según fuentes gubernamentales, su dominio del fútbol recitando de memoria alineaciones históricas del Athletic de Bilbao, como aquella que culminaba con la célebre delantera de ‘los leones’ compuesta por Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza.

Con esta nueva comida con compañeros de partido, el presidente sigue paseándose por distintas tascas españolas. La primera ocasión en la que hizo pública esta nueva faceta fue a finales de junio.

Rajoy invitó entonces al expresidente francés y líder del Partido Les Republicains del país galo, Nicolás Sarkozy, a la ‘Tasca Suprema’, situado en la calle Argumosa de Madrid, cerca de la calle Génova, donde le invitó a degustar gazpacho, ensaladilla rusa y chipirones.

Durante sus vacaciones de verano, el presidente del Gobierno se ha dejado ver en Galicia, donde ha disfrutado de los productos típicos de su tierra, bañados con los tradicionales caldos gallegos y alguna que otra cerveza, siempre en compañia de paisanos del lugar y amigos personales como el marido de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y presidente de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárez.

CAFÉ CON ALBIOL

El miércoles de la semana pasada, con motivo de la celebración de un desayuno informativo en Madrid protagonizado por el candidato del PP a las elecciones a la Generalitat de Cataluña, Xavier García Albiol, Rajoy tomó un café con éste en las inmediaciones del hotel donde tuvo lugar el evento.

El pasado lunes durante el reportaje que protagonizó con la periodista Ana Rosa Quintana también visitó una taberna. Fue en ese lugar, en el que aprovechando lo relajado y agradable de la conversación, Rajoy dejó caer que “lo más posible” es que las próximas elecciones generales se celebren el día 20 de diciembre, algo que todavía no ha terminado de confirmar definitivamente.

Además, hace dos días Rajoy hizo un descanso en sus labores para degustar las especialidades de ‘Casa Mariano’, un lugar en el que decidió comer tras reunirse con los parlamentarios populares.

Con estos gestos, Rajoy se comporta como un español más que contribuye con su actitud a potenciar el consumo en España, al tiempo que pretende dar una imagen de sencillez y cercanía entre los ciudadanos a pocas fechas de las elecciones generales y cuando en las encuestas su popularidad es baja. Y es que como quiso dejar claro el propio presidente cuando dio por finalizada la comida: “En todos los bares de España se come bien”, afirmó.