La guerra en siria entra en su quinto año y “la crisis continúa arruinando décadas de logros en educación”, señaló Unicef en un comunicado en el que recuerda que algunos niños en Siria nunca han asistido al colegio, mientras que otros han perdido hasta cuatro cursos de su educación.

Asimismo, indica que 5.000 escuelas en todo el país no pueden ser utilizadas porque han sido destruidas, dañadas o se han convertido en refugios para familias desplazadas o para uso militar.

“A muchos padres les preocupa enviar a sus hijos a la escuela por los peligros que pueden encontrar en el camino o durante las clases”, agregó. Además, alrededor de 60 colegios han sido atacados, algunos de forma intencionada, y se calcula que la cuarta parte del profesorado ha dejado su puesto de trabajo.

Unos cuatro millones de niños están escolarizados en Siria y muchos de ellos demuestran “niveles extraordinarios de resiliencia y persistencia para continuar su educación”.

Según Hanaa Singer, representante de Unicef en el país, al menos el 20% de los menores de Siria se vieron forzados a pasar por zonas de combate y numerosos puestos de control militar para poder presentarse a sus exámenes en verano.

“Aún en las peores circunstancias, los niños sirios siguen queriendo aprender”, destacó, “porque están deseando prepararse para un futuro mejor”.