La violencia doméstica sobre las mujeres, explica la doctora, es repetitiva, se agrava en la medida que persiste, se transmite a través de las generacones y se extiende a otros miembros de la familia a través de quienes la ejercen y quienes la padecen.

Suele aparacer tras el inicio de la convivencia o matrimonio -"se adquiere la 'licencia para pegar', explica Morera-; en el primer embarazo, "debido a una frustración sexual o cambios en la estructura familiar", o bien tras el nacimiento del primer hijo, "seguramente porque induce cambios importantes en la relación".

En la mayor parte de los casos, continúa explicando esta experta, la violencia o puede asociarse a trastornos de personalidad u otras patologías psiquiátricas.

"El agresor no suele ser un enfermo mental, sino una persona con unas creencias culturales que aceptan la violencia como forma de doblegar a otros y una idiología patriarcal conservadora. Con frecuencia tiene un nivel cultural y un origen socio-económico inferior a su pareja y trata de restablecer el equilibrio a través del control", señala la doctora Morera.

Asimismo, se observan tres patologías psquiátricas en las ue el abuso suele ser un hecho concurrente: dependencia del alcohol u otras sustancias, delirio por celos y la depresión de la mujer.

CIRCULO AGRESIVO

Por otra parte, la doctora Morera explica cómo se desarrolla la violencia doméstica una vez que el maltrato se ha iniciado. Se denomina el "círculo de la conducta agresiva" y se divide en tres fases. En una primera etapa, las agresiones suelen tener un carácter leve y los incidentes son mínimos.

Con el tiempo el agresor pierde intermitentemente e control y se producen agresiones de mayor severidad para dar paso a una fase en la que cede toda violencia y el agresor se muestra cercano y amable, pero esta etapa es más bien corta y marca el preludio de la primera, repitiéndose una y otra vez la dinámica del círculo.

En los casos extremos, advierte Morera, tras años de abusos y agresiones continuadas, el agresor llega a matar a su víctima, normalmente cuando ésta está intentando la separación o lo ha conseguido.

PERFIL

Haber sufrido maltrat infantil, la baja autoestima y el tener antecedentes de conducta violenta contra objetos y animales en la adolescencia y con otras mujeres de edad adulta, son los factores más importantes en la posible génesis de un agresor, ya que la conducta violenta suele ser reincidente.

En cuanto a la mujer maltratada, aunque no existe un perfil único, en un elevado porcentaje los abusos se inician entre los 17 y los 28 años. En la mitad de los casos hay antecedentes depresivos previos al abuso, y en sus rasgos sicológicos destacan la dependencia y la tendencia a establecer relaciones asimétricas con el otro sexo.

Desde el punto de vista psicológico, añade la doctora Morera, el maltrato continuado produce en la mujer un proceso patológico de adaptación, denominado "síndrome de la mujer maltratada".

En ese cuadro la mujer termina asumiendo las agresiones como un castigo merecido, tiene la convicción de que las soluciones a las agresiones le son ajenas, manifiesta una baja respuesta conductal y, en situacones avanzadas, asume merecer las agresiones e incluso justifica ante terceros la conducta del agresor.