Educación. Fundación ONCE reclama que la universidad preserve “la equidad y el acceso de todas las personas sin exclusión alguna”
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La universidad pública es una clave del desarrollo económico y social de la sociedad española, y su presencia tiene un impacto positivo en el progreso social de su entorno. Desde esta perspectiva, la universidad impulsa un crecimiento inteligente y, en este sentido, “es preciso garantizar la igualdad de oportunidades y preservar la equidad y el acceso de todas las personas sin exclusión alguna”.
Este es el mensaje que Isabel Martínez Lozano, Comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de Fundación ONCE, lanzó durante el encuentro 'El impacto territorial de las Universidades' organizado por la Secretaria General de Universidades del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
La responsable de Fundación ONCE puso de manifiesto como la sociedad ha cambiado y destacó cómo con la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas se ha producido una evolución.
Antes se veía la discapacidad desde un enfoque relacionado con la preocupación en materia de bienestar social, ahora se trata de una cuestión de derechos humanos. Así, es necesario repensar la universidad desde la inclusión. “La exclusión del conocimiento es la mayor de las exclusiones”, aseveró.
Teniendo en cuenta este nuevo marco se plantea el derecho a la educación, sin discriminación y en igualdad de oportunidades. Por lo tanto, el nuevo modelo universitario planteado debe tener en cuenta los ajustes razonables y las adaptaciones metodológicas, y la promoción de acciones para favorecer la inclusión de las personas con discapacidad como las unidades de atención específicas.
Martínez Lozano puso de relieve la necesidad de contar con una universidad pública inclusiva como una palanca que permita corregir las actuales cifras de los jóvenes con discapacidad que cuentan con unas tasas de desempleo que casi triplican a la del resto de jóvenes, y con una tasa de abandono escolar superior al 53,8%. Esto último hace que tan sólo un 5 por ciento de los jóvenes con discapacidad accede a los estudios universitarios.
De esta forma, aseguró que entre los retos a los que se enfrenta la sociedad figura el de promover la educación superior y las universidades inclusivas, mejorar la orientación, dar cumplimiento con la Convención en materia de recursos y apoyos que garanticen la igualdad de oportunidades, promover la movilidad internacional, y mejorar la empleabilidad a través de las prácticas académicas y otros instrumentos.
(SERVIMEDIA)
01 Sep 2015
JAL/pai