Así se pronunció Rajoy, en declaraciones a los periodistas tras visitar el municipio onubense de La Palma del Condado, después de conocerse que el número de parados registrados en los servicios públicos de empleo registró un descenso de 74.028 personas en julio en España, lo que supone la mayor bajada en este mes desde el año 1998, según datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Con este descenso, la cifra total de parados se situó en 4.046.276 personas, 373.584 desempleados menos que en julio del pasado año.

Al mismo tiempo, la afiliación media a la Seguridad Social registró un incremento de 58.792 personas durante el mes de julio, hasta alcanzar un total de 17.315.188 cotizantes, 568.085 más que hace un año.

En ese sentido, Rajoy recordó que España está saliendo de la “mayor crisis en décadas en su historia”, ya que durante seis años “se destruyó empleo de manera continuada”. Esto le sirvió para explicar que la tendencia se invirtió en 2014, cuando se crearon más de 400.000 empleos.

A pesar de ello, Rajoy subrayó que lo conseguido hasta la fecha es “insuficiente”, por lo que animó a los suyos a “seguir trabajando con determinación, seriedad y eficacia para que a finales de la próxima legislatura haya más de 20 millones de personas trabajando. Cuanta más gente trabaje, más gente cotiza, mayores ingresos se obtienen y se consiguen mejores pensiones y servicios públicos”.

Por otro lado, destacó que el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) presentados hoy en la Cámara Baja por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, tiene como objetivo “continuar en la senda del crecimiento y crear empleo”.

“Hemos vivido una etapa muy difícil y lo sigue siendo para muchos españoles, pero el hecho de que muchas personas hayan recuperado un empleo hace que los que no lo tienen tengan esperanza al ver que otros lo consiguen”, sentenció.

Por último, Rajoy reafirmó la importancia de pagar las deudas, ya que, indicó, el “no pagar las deudas puede provocar que se pierda libertad o, peor, entrar en quiebra, como les ha ocurrido a algunos en Europa en los últimos tiempos”.