En rueda de prensa, se refirió a la denuncia por traición presentada contra Varoufakis por un abogado y un alcalde de una pequeña localidad griega y que debe estudiar el Parlamento de ese país para determinar si el exministro se extralimitó en sus funciones durante las negociaciones del rescate.

Garzón considera que Varoufakis ha defendido en todo momento los intereses del pueblo griego como ministro “legítimo” que contaba con la confianza del primer ministro, y negoció con “enormes dificultades” frente a un “gigante” en una especie de “David contra Goliat”.

Precisamente, Garzón tiene previsto verse este miércoles con Stavros Karagkounis, asesor del Gobierno griego que se encuentra en Madrid, para explicarle de primera mano los motivos por los que Izquierda Unida votará en el Congreso de los Diputados en contra del tercer rescate a ese país.

CONTRA LA "HUMILLACIÓN"

El voto será en contra porque el acuerdo “es malo” para la economía griega y para sus ciudadanos, que necesitan ayuda “solidaria”, no un rescate que en realidad “no rescata absolutamente a nadie”. No es un voto en contra de Syriza, precisó, sino en contra de quienes han forzado a Grecia a aceptar esas condiciones.

Insistió en que el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, ha hecho “lo que podía con las cartas que tenía”, ya que su economía apenas llega al 2% de la eurozona, frente a gigantes como Alemania, que rozan el 30%. La correlación de fuerzas era desfavorable y más con la disposición del Eurogrupo y la Troika a “humillar” a Grecia.

Considera que Tsipras ha hecho todo lo posible por intentar “cambiar el rumbo suicida” de una Europa que está dando “veneno” a su pueblo para mantener sus políticas “depravadas”.