En concreto, la banca española echó el cierre a un total de 1.906 sucursales, tras pasar de 33.782 oficinas en 2013 a 31.876 el año pasado.

El personal en activo se redujo en un 6,7%, hasta los 202.783 empleados en total, de los que 150.577 desempeñaban sus funciones en oficinas, un 4,1% menos que el año anterior.

Tras los cierres de 2014, la densidad de oficinas se situó en 8,3 por cada 10.000 habitantes mayores de 16 años, seis décimas menos.

Los datos muestran que por sexto año consecutivo descendió el número de cajeros automáticos, que se situó en 46.449 en toda España, esto es, un 10,1% menos, al cerrarse 5.392 cajeros, al tiempo que continuó la caída de terminales de puntos de venta, que fueron 318.000 menos, hasta 890.000 (una disminución del 26,3%).

A su vez, el número de tarjetas en España se redujo en 28,9 millones al sobrepasar ligeramente los 61 millones, frente a los casi 90 millones de tarjetas que había en 2013.

En cuanto al número de entidades activas, el Banco de España supervisaba a un total de 219 entidades de crédito con actividad financiera directa al cierre de 2014, frente a las 270 existentes un año antes.