El hockey en silla de ruedas eléctrica es un deporte, y como deporte que es, tiene deportistas, afición, entrenadores y mucha competitividad. También es un deporte caro, quizás de los más caros que se conocen, pues su principal herramienta es una silla que puede llegar a rondar los 15.000 euros y que deben costear las familias. Las pilotan personas con distrofias musculares, parálisis cerebrales o lesiones medulares, entre otras discapacidades.

Paco es uno de los padres de deportistas que conforman la afición y equipo técnico del ADB Barberá, segundos de España tras este campeonato. “Es un deporte relativamente caro. Para jugar a hockey, si quieres ser competitivo, tienes que jugar con una silla de 15 km/h, que suelen tener un precio a partir de los 9.000 euros”, explica. Su hijo Asier, de 13 años, maneja una ‘Turbo-Twist’ traída de Suiza, una de las pocas sillas especializadas para este deporte que se encuentran en España.

“Hay muchos que tienen sillas viejas pero que las tunean, lo cual también conlleva un gasto”, explica María José López Pozuelo, entrenadora del Club Patín de Alcobendas. Muchos deportistas de este deporte adaptado emplean sillas eléctricas no específicas para esta disciplina, pues son mucho más baratas pero también más lentas y con menos agilidad en su movimiento. La de Marco, integrante del Club Patín, tiene un precio de 1.500 euros, pero ha cambiado las baterías y el motor, un ‘tunning’ en toda regla. López Pozuelo destaca que “no es un deporte paralímpico, y por tanto no goza de las ayudas del Consejo Superior de Deportes”.

Asier es uno de los deportistas de HSRE -como se conoce a este deporte por sus siglas- más temido, pues con 13 años muestra un arrojo en la pista que deja boquiabierto a cualquiera, combinado con una destreza de su ‘Turbo-Twist’ de la que pocos pueden presumir. Paco, su padre, dice de él que “es un chaval que sabe colocarse muy bien en la pista, no tiene miedo de chocar”. El hockey en silla de ruedas tiene algo especial, algo que lo hace emocionante. Quizás sea por ver a deportistas de todas las edades, chicos y chicas, rodando a más de 10 km/h placándose entre sí para disputarse la pelota, que debe entrar en la portería rival.

Asier, que está preseleccionado para jugar con la Selección Española de Hockey en Silla de Ruedas Eléctrica en el próximo Europeo que se celebra en Madrid, destaca: “Para mí es una superación estar con mis compañeros”. Su distrofia muscular de Duchenne, enfermedad tipificada como “rara” y más conocida como síndrome de Duchenne, no le impide hacer ski o vacilar con quiebros en la pista a sus compañeros del equipo rival.

La entrenadora del Club Patín y seleccionadora nacional, López Pozuelo, subraya que “con el deporte adquieren reconocimiento social e institucional”, y es que cada vez este deporte cobra más relevancia. Ejemplo de ello es que España vaya a acoger el próximo campeonato europeo. Aun así, Asier y sus compañeros sueñan con el día en que puedan ser reconocidos como deportistas paralímpicos o, al menos, gocen de las facilidades que tienen otras federaciones como la italiana, donde a cada jugador se le cubre el coste de su silla o, simplemente, tal y como indica Asier, como en el basket, donde “les pagan las sillas y el material, aquí en el hockey no, porque vale mucho dinero”.