Según Anele, la ley exige “expresamente” que los contenidos educativos seleccionados por los centros y profesores estén adaptados a los nuevos contenidos curriculares, con lo que las comunidades autónomas que legislen en contra de adoptar nuevos materiales “podrían vulnerar la Ley”.

La misma disposición adicional cuarta de la Lomce señala que corresponde a los centros docentes decidir los libros de texto que vayan a utilizar, en el ejercicio de su autonomía y sin que esta adopción pueda someterse a autorización previa.

Las recomendaciones, orientaciones, instrucciones y normativa autonómica que se adopte con finalidad de impedir el cambio de libros por otros adaptados a los nuevos currículos Lomce o las decisiones de no autorizar el cambio de materiales podrían por tanto “incurrir en una vulneración de la legalidad (autonomía de los centros de enseñanza y libertad de cátedra) y atentar contra el principio de jerarquía normativa”, concluye Anele.

Entre las novedades de los currículos de la Lomce figura el establecimiento de una nueva metodología de ‘aprendizaje por competencias’ que debe abordarse en todas las áreas y asignaturas; la desaparición de la organización en ciclos (las etapas se organizan en seis cursos de Primaria y cuatro de Secundaria); la división de Conocimiento del Medio en las antiguas Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Sociales; la eliminación de asignaturas en ESO y Bachillerato; la refundición de otras como Tecnología, Música y Educación Plástica y Visual, o la incorporación de nuevas materias (Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial).