Así lo confirmó a Servimedia el delegado de Medios de Comunicación del Obispado de Vic, Xavier Bisbal, que rehusó en nombre de la diócesis a pronunciarse sobre el futuro de Caram y la llamada de atención que le ha trasladado el Vaticano.

“A nivel diocesano no tiene ningún expediente abierto hasta el momento y las gestiones que se han hecho sobre ella han sido a un nivel superior al diocesano, como ha sido una carta de la Nunciatura a la superiora del convento en donde vive y después una reunión que tuvo con el Pontificio Consejo para la Vida Consagrada”, indicó.

Por ello, la diócesis de Vic, aunque “podría” tomar alguna decisión al respecto, “aún no tiene ningún proceso abierto”.

“Los monasterios, especialmente los de clausura, dependen directamente de la Santa Sede, pero hay un canon del Derecho Canónico que dice que el obispo del lugar tiene que tener una ‘vigilancia’ sobre los monasterios de su territorio”, agregó Bisbal, remitiendo a expertos en Derecho Canónico para poder considerar “en qué no se cumple el Derecho Canónico” en el caso de la monja de Manresa.