Amnistía denuncia un “alarmante” aumento global de las condenas a muerte
- Lamenta que los gobiernos recurran a la pena capital para combatir la delincuencia y el terrorismo
- En 2014 hubo 2.466 condenados a muerte, récord desde 2008, pero 607 personas fallecieron ejecutadas, la cifra más baja desde 2010
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Amnistía Internacional lamentó este miércoles que el año pasado se produjo un “alarmante” aumento de las condenas a muerte porque algunos países utilizaron la pena capital para responder a “amenazas o supuestas amenazas” para la seguridad del Estado y la seguridad pública planteadas por el terrorismo, la delincuencia y la inestabilidad interna.
Así lo expresa en su informe ‘Condenas a muerte y ejecuciones 2014’, en el que recoge que el año pasado hubo 2.466 nuevos condenados a la pena capital en 55 países, lo que supone 541 más que en 2013 (un incremento del 28,1%), debido principalmente a los repuntes en Egipto y Nigeria, donde llegaron a dictarse sentencias colectivas en un contexto de conflicto interno e inestabilidad política.
Además, la cifra de condenas a muerte del año pasado es la más alta desde 2008, cuando hubo 8.864. A partir de entonces, este número bajó a 2.001 en 2009, 2.024 en 2010, 1.923 en 2001, 1.722 en 2012 y 1.925 en 2013, según recoge Servimedia de los informes anuales de esta organización.
“Los gobiernos que utilizan la pena de muerte para responder a la delincuencia se engañan a sí mismos. No hay pruebas que demuestren que la amenaza de la ejecución tiene un efecto disuasorio frente a la delincuencia superior al de otras penas", manifestó Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
Shetty señaló que en 2014 quedó patente “la sombría tendencia de los gobiernos a usar la pena de muerte en un inútil intento de responder a amenazas, reales o imaginarias, a la seguridad del Estado y la seguridad pública”. “Resulta vergonzoso que tantos Estados del mundo jueguen básicamente con la vida de la gente, ejecutando a personas por 'terrorismo' o para sofocar la inestabilidad interna sobre la premisa errónea de la disuasión", añadió.
MENOS EJECUCIONES
Por otro lado, Amnistía Internacional destacó que el año pasado hubo buenas noticias, ya que se registró la cifra de ejecuciones más baja desde 2010 y varios países adoptaron medidas positivas tendentes a la abolición de la pena capital.
Subrayó que China volvió a ejecutar a más personas que la suma de todos los demás países del mundo y señaló que se cree que allí se ejecuta y condena a muerte a miles de personas cada año, pero, como las cifras relativas a la pena capital se consideran secreto de Estado, resulta imposible determinar el número exacto.
Excluida China, Amnistía aseguró que al menos 607 personas fueron ejecutadas en 2014, frente a las 778 de 2013 (un 22% menos). Se trata de la cifra más baja desde 2010, año en el que hubo 527 ejecuciones, por las 680 de 2011 y las 682 de 2012.
Un total de 22 países llevaron a cabo ejecuciones el año pasado, el mismo número que en 2013 y una reducción considerable respecto a la de hace 20 años, cuando, en 1995, Amnistía Internacional registró penas de muerte en 41 países.
Salvo China, los Estados con más ejecuciones en 2014 fueron Irán (289 anunciadas oficialmente y al menos 454 más no reconocías por las autoridades), Arabia Saudí (al menos 90), Irak (al menos 61) y Estados Unidos (35).
“Las cifras hablan por sí solas: la pena de muerte está empezando a ser cosa del pasado. Los pocos países que siguen ejecutando deben mirarse seriamente en el espejo y preguntarse si desean seguir violando el derecho a la vida o unirse a la inmensa mayoría de los Estados que han abandonado este exponente máximo de pena cruel e inhumana", recalcó Shetty.
MÉTODOS Y DELITOS
Entre los métodos para aplicar la pena de muerte utilizados en 2014 figuran la decapitación, el ahorcamiento, la inyección letal y el arma de fuego, y se llevaron a cabo ejecuciones públicas en Arabia Saudí e Irán.
Además, Amnistía Internacional recalcó que se condenó a muerte a personas por delitos no letales como el robo, delitos relacionados con las drogas y delitos económicos, e incluso hubo personas condenadas a muerte por actos tales como "adulterio", "blasfemia" o "brujería", mientras que muchos países utilizaron la imprecisa denominación de "delitos políticos" para condenar a muerte a disidentes o presuntos disidentes.
(SERVIMEDIA)
01 Abr 2015
MGR/pai