En la rueda de prensa de presentación del último informe 'Situación España', el responsable de Economías Desarrolladas se pronunciaba así al ser preguntado por como tendrían que evolucionar los salarios en un momento en que empresarios y sindicatos están abordando la negociación colectiva.

Para BBVA, es necesario que “los salarios respondan a la mejora de la productividad a nivel de empresa” y que “las que sean capaces de llevar a cabo subidas, que las lleven”, y las otras, “lógicamente no”. Doménech reiteró que la evolución salarial ha de depender “de la situación económica de cada una de las empresas”.

En materia laboral, en el informe el banco apuesta por que todas las modalidades de contratación indefinida se agrupen en un único contrato y limitar la duración del temporal a un máximo de dos años.

La entidad explica que la reforma laboral de 2012 ha contribuido a “reparar” algunas de las deficiencias endémicas del mercado de trabajo, aunque alerta de que los niveles de desempleo y temporalidad son todavía elevados. Todo ello, subraya, “requiere continuar modernizando la legislación laboral”.

BBVA señala que España combina una indemnización por despido de trabajadores indefinidos elevada respecto a otras economías desarrolladas con una legislación sobre contratación temporal “poco efectiva”.

De esta manera, para favorecer la contratación estable y proteger a los individuos con mayores dificultades de inserción laboral, el banco apuesta por una “simplificación efectiva” del menú de contratos de trabajo con un “cambio sustancial” del modelo indemnizatorio.

En concreto, propone que todas las modalidades vigentes de contratación indefinida se agruparían en un único contrato lo suficientemente flexible para que los actuales tengan cabida. Por su parte, el contrato temporal tendría un origen casual y una duración máxima de dos años.

La propuesta de BBVA recoge que la reducción del número de modalidades contractuales se complementaría con un nuevo sistema mixto de indemnización por finalización del contrato, de la que una parte provendría de una cuenta ahorro individual.

Además, para que las empresas internalicen las externalidades negativas causadas por el despido de un trabajador indefinido, deberían pagar una indemnización adicional. Ésta sería creciente en función de la antigüedad del trabajador y mayor para los despidos declarados improcedentes.