Así, Unicef (Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos) han lanzado esta semana un proyecto por el que proporcionarán 14 dinares a cada uno de los 41.000 niños sirios menores de 14 años refugiados en los campos de Za’atari y Azraq (Jordania), con los que podrán adquirir ropa de abrigo para protegerse del frío.

Ante la llegada de una tormenta de invierno a Jordania, Unicef ofrecerá esta ayuda en efectivo de pago único a casi 13.000 familias vulnerables en los dos campos de refugiados, a través del ya existente sistema de bonos electrónicos de comida del PMA.

Los beneficiarios podrán utilizar este dinero para comprar, hasta el 31 de enero, ropa de invierno como botas, guantes, pantalones, abrigos y bufandas en aquellos establecimientos aliados del PMA.

“Es fundamental que aseguremos que los niños están protegidos frente a las duras condiciones climatológicas para que, de este modo, permanezcan sanos y activos y puedan seguir asistiendo a la escuela”, señaló el representante de Unicef en Jordania, Robert Jenkins.

“Estamos emocionados con que Unicef sea la primera agencia en llegar a los refugiados sirios con su programa de invierno a través de las tarjetas electrónicas del PMA de uso en establecimientos aliados en los campos, cubriendo así las necesidades urgentes para proporcionar ropa de invierno en la época más fría del año”, afirmó el coordinador adjunto de emergencias del PMA en Jordania, Dorte Jenssen.

LLAMAMIENTO

Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) presta socorro a unos 1.700 asentamientos de refugiados sirios en Líbano y ya reparte paquetes de ayuda para el invierno a los residentes más vulnerables de Kabul, capital de Afganistán. Partes de este país están azotadas por condiciones meteorológicas extremas, con lluvia, nieve y temperaturas bajo cero.

Acnur, el Ministerio para los Refugiados y Repatriados de Afganistán y sus aliados han distribuido mantas, ropa, combustible para la calefacción y útiles de cocina a unas 225.000 personas desplazadas por la violencia.

Los beneficiados son refugiados que acaban de volver y personas desplazadas en el interior del país que se encuentran en Kabul, así como personas con discapacidad, ancianos y madres solteras.

Acnur subrayó que, a pesar de los miles de millones de dólares en ayuda internacional invertidos en el país, en los últimos años, cientos de afganos han muerto de frío en asentamientos informales, tiendas de campaña o refugios maltrechos.

Por su parte, la FICR ha hecho un llamamiento de emergencia por valor de 19 millones de francos (más de 15 millones de euros) con el fin de ofrecer ayuda este invierno a unos 500.000 desplazados iraquíes, concretamente refugio, paquetes de alimentos y otros suministros.

Cruz Roja señaló que la temporada de invierno ha comenzado a pasar factura a miles de familias iraquíes desplazadas internamente en el país viven sin una vivienda adecuada y carecen de las necesidades básicas.

El invierno en Iraq suele llegar con frecuencia con un tiempo muy frío y las temperaturas caen por debajo de los cero grados en muchas regiones, de manera que la nieve cubre las áreas montañosas y someten a los desplazados internos no preparados y mal equipados al riesgo de enfermedades y otros riesgos de salud.