Según informó hoy la citada universidad, la Unidad Docente Asistencial de Investigación en Fisioterapia (Udaif) del Departamento de Fisioterapia atiende en estos momentos a un total de 239 pacientes derivadas del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, intervenidas de cirugía mamaria con linfadenectomía axilar, es decir, que han sufrido la extirpación de ganglios linfáticos axilares.

La falta de estos ganglios puede provocar ese linfedema en el brazo del mismo lado del cuerpo en el que se ha intervenido, lo que origina, a su vez, un aumento de su tamaño. Esto impide realizar correctamente las actividades más cotidianas, pero también puede generar la aparición de infecciones y, en consecuencia, aumentar aún más el tamaño del linfedema.

Para poner en marcha el programa de fisioterapia, publicado en la revista "British Medical", se configuraron de forma aleatoria dos grupos con 120 pacientes a las que se siguió durante un año.

A uno de ellos, denominado grupo de intervención precoz, se le aplicó la fisioterapia inmediatamente después de la intervención quirúrgica, para tratar las secuelas de la operación entre 3 y 6 días después de que se llevara a cabo. Las mujeres recibieron también pautas para cuidar su brazo y evitar así el riesgo de aparición de linfedema.

Por su parte, explicó la universidad, el otro grupo, el control, sólo recibió educación terapéutica, pero no fisioterapia.

Lo que ha demostrado este estudio es que entre las mujeres tratadas con fisioterapia hay cuatro veces menos riesgo de que aparezca el linfedema y cuando lo hace "surge de forma más tardía".