Día Constitución. Posada pide consenso, argumentos racionales y alejar dogmatismos para afrontar cualquier reforma
- Pide "trabajo conjunto" para erradicar la corrupción y recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones
- Reclama para ello un "debate abierto, sin plazos fijos ni posturas cerradas"
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El presidente de las Cortes Generales, Jesús Posada, pidió este sábado voluntad de consenso, argumentos “racionales” y alejar todo “prejuicio” y “dogmatismo” como premisas previas para afrontar cualquier proceso de reforma de la Constitución.
En su discurso institucional con motivo del Día de la Constitución, Posada señaló dos contecimientos “históricos e irrepetibles” ocurridos este mismo año como prueba de que la Carta Magna “conserva su vigencia” 36 años después de su aprobación.
El primero de ellos, el “homenaje de afecto” que los españoles rindieron al primer presidente del Gobierno de la democracia, Adolfo Suárez, en su fallecimiento. Al recordarlo, Posada recalcó la “deuda de gratitud” de la sociedad con Suárez, sin cuyo liderazgo político, visión de futuro y empeño personal por lograr la concordia entre los ciudadanos no habría sido posible la Constitución.
El segundo, la primera sucesión en la Jefatura del Estado de acuerdo a esa Constitución, la proclamación de Felipe VI con “absoluta normalidad” y en medio del “afecto y la adhesión” que los ciudadanos le han tributado “desde el primer momento”.
Ha sido así, aseguró, porque muchos españoles “nos identificamos” con lo que la Constitución representa: los valores de libertad e igualdad, el procedimiento democrático como sistema de adopción de decisiones colectivas, y una articulación territorial que conjuga unidad y diversidad.
Se mostró también convencido de que los españoles saben que ese marco de convivencia ha sido el motor del mayor de los éxitos colectivos de la historia de España, que ha hecho posible un periodo de estabilidad, prosperidad y libertad sin precedentes.
Posada rindió homenaje, como hizo Felipe VI, a la generación de españoles que abrió el camino a la democracia y la convivencia, que contribuyó a sentar los cimientos de un edificio político que superó diferencias que parecían “insalvables”, que permitió la reconciliación entre ciudadanos, reconocer la pluralidad y recuperar el lugar de España en el mundo.
También Felipe VI, recordó, invitó a mirar al futuro, y alertó de que la capacidad para superar nuevos retos dependerá de la pervivencia de ese modelo de convivencia democrática. Las dificultades y los logros, sentenció, afectan a todos y se deben a todos los ciudadanos.
Como fruto de ese modelo y esos principios, Posada señaló algunos datos conocidos estos días, como las “mejores cifras de paro en muchos años” y los “elogios” del G20 a España, que permiten “augurar que dejamos atrás una situación crítica para situarnos en la senda de la recuperación”.
"Debate abierto"
Sin embargo, alertó, eso no implica que no haya que abordar, por ejemplo, “la profunda crisis de confianza de los ciudadanos en las instituciones”. “No es sana”, afirmó, “una democracia en la que los ciudadanos no confían en quienes ellos mismos eligieron”. En esa línea, aseguró que la corrupción preocupa “enormemente” a la sociedad, y la solución solo puede llegar “desde el trabajo conjunto de todas las formaciones políticas”.
Hay que recuperar la confianza en las instituciones, sentenció, y para ello no solo los partidos deben trabajar, sino la sociedad civil, los medios de comunicación, el mundo académico y todos los ciudadanos. Si todos compartimos que la democracia parlamentaria es el mejor sistema y el más idóneo para asegurar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, dijo, hay que propiciar “un debate abierto, sin plazos fijos ni posturas cerradas”, pero siempre orientado por el interés general de España y basado en las señas de identidad de ese sistema: monarquía parlamentaria, unidad de España, autonomía, solidaridad, y pluralismo social y político.
Posada aseguró que el Parlamento sigue siendo el resultado de la voluntad de los ciudadanos y merece por ello “respeto y consideración”, y que lejos de lo que algunos piensan “no está en crisis” aunque deba afrontar también nuevos desafíos. Manteniendo la esencia democrática y participativa, dijo, debe incorporar las demandas de los ciudadanos, buscar nuevas vías y fórmulas de participación y abrir cauces para acercar a los ciudadanos.
Se refirió expresamente a quienes reclaman una reforma de la Constitución y sentenció que, efectivamente, la Carta Magna es siempre “susceptible” de reforma, y que el ordenamiento jurídico ni se puede ni se debe “petrificar”, pero debe tender siempre a ser “un marco de coincidencia, no de discrepancia”, y servir a todos evitando cualquier uso “partidista, interesado u oportunista”.
Alertó, en ese punto, de que ante cualquier reforma es necesario respetar las vías y los procedimientos establecidos en la propia Constitución y “saber cuál es el objetivo”. “Hay que ser prudente y saber cuál es la finalidad común”, advirtió, como ocurrió en 1978. Para que haya garantías suficientes, añadió, hay que trabajar en la búsqueda de consensos, con argumentos “racionales” y evitando “prejuicios o dogmatismos”.
Cataluña
En su discurso, Posada se refirió también a la reivindicación de independencia formulada “por una parte de la sociedad catalana” y reiteró que Cataluña es “una parte constitutiva de España”, que no se puede concebir sin aquella, tal y como proclama la Constitución al establecer la indisoluble unidad de la nación española.
Recordó que el pasado 8 de abril el Congreso de los Diputados rechazó “por muy amplia mayoría” la petición del Parlamento de Cataluña de delegar en la Generalitat la competencia para convocar un referéndum consultivo, algo que se vio en la “obligación” de recordar “como presidente del Gobierno” (sic).
Sin embargo, aseguró que las fuerzas políticas deben seguir haciendo todo lo posible para que todos los catalanes se sientan “reconocidos” en España y que para ello es “necesario más diálogo, más debate”, en las Cortes Generales, donde están representadas todas esas fuerzas. Hay que “hablar, debatir y escuchar hasta la extenuación”, dijo, “para llegar a acuerdos y consensos”.
Como dijo el Rey en su proclamación, concluyó Posada, la mayor fuente de inspiración para responder a los nuevos retos es el compromiso con los valores que hicieron posible el gran acuerdo de 1978: disposición al diálogo, búsqueda de concordia, tolerancia y respeto al pluralismo político.
(SERVIMEDIA)
06 Dic 2014
CLC