La grasa "buena", principal arma para combatir la obesidad

MADRID
SERVIMEDIA

Averiguar cuáles son los mecanismos para convertir la grasa blanca, “mala”, en grasa marrón, “buena”, un tipo de grasa beneficiosa que ayuda en la lucha contra la epidemia del siglo XXI, la obesidad, es el objetivo que persigue el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en la IV Edición de la CNIC Conference, titulada 'Homeostasis de la energía y enfermedad metabólica' y que se celebra hoy y mañana en Madrid.

En esta reunión, coordinada por el investigador de la Universidad de Cambridge Toni Vidal-Puig y las investigadoras del CNIC Mercedes Ricote y Guadalupe Sabio, se abordan los últimos avances en torno a la grasa marrón y al papel que determinadas hormonas pueden jugar en la lucha contra la enfermedad metabólica, muy vinculada a la patología cardiovascular.

“Se ha comprobado que la grasa marrón quema mucha más energía, lo que ayuda a eliminar grandes cantidades de glucosa y así eliminar más rápidamente lo que se come”, explicó a Servimedia la investigadora principal del CNIC, Guadalupe Sabio.

Según la también investigadora del CNIC Mercedes Ricote, “cuando comemos mucho, la grasa blanca se acumula en la barriga, lo que provoca todos los problemas metabólicos, cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer. Sin embargo, la grasa marrón, que se creía que sólo se encontraba en ratones y en bebés, ahora se ha visto que también se encuentra en humanos adultos”.

Sin embargo, Sabio puntualizó que esta grasa no se refiere a la que ingerimos, sino a la grasa que cada persona tiene en su cuerpo. “En el organismo se tiene un tipo de grasa que acumula los lípidos y otro tipo que los quema expulsando calor, es decir, sin que la persona tenga que utilizar esa energía. Esto quiere decir que el cuerpo elimina automáticamente lo que consume en forma de calor”, manifestó.

“Aún no se ha realizado una correlación exacta entre la cantidad de grasa marrón que tiene una persona y lo que ésta adelgace, pero se ha visto en animales que si se aumenta este tipo de grasa buena, lo que le pasa al animal es que adelgaza más. Esto no se ha comprobado en humanos, pero se sabe que hay ciertos estímulos, como el frío, que aumentan la grasa marrón, pero no se sabe hasta qué punto ese aumento puede llegar a ser efectivo para eliminar lo que se come”, explicó Sabio.

Según Ricote, “con esta investigación se pretende desarrollar terapias, moléculas o fármacos que modifiquen vías de señalización que ayuden a llevar a cabo esta transformación para combatir la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer”.

Por su parte, el investigador de la Universidad de Cambridge y coordinador del acto, Toni Vidal-Puig, afirmó que otro factor influyente son las bacterias intestinales. “La ingesta es transformada por las bacterias intestinales en sustancias que pueden ser mejores o peores dependiendo del tipo de bacterias que poseamos”, dijo. Por esta razón, modificaciones de la flora bacteriana han podido ayudar a reducir la obesidad en modelos animales.

Además, Vidal-Puig consideró que “en un futuro próximo se podrán identificar bacterias que puedan ayudar a reducir la capacidad digestiva de los individuos, una aproximación que, junto a la activación de la grasa blanca para que se convierta en marrón y pueda eliminar energía, constituyen las dos principales vías actuales en la lucha contra la obesidad”.

(SERVIMEDIA)
07 Nov 2014
AAM/caa