El estudio refleja, asimismo, que casi la mitad de las personas encuestadas considera que la discriminación ha disminuido en los últimos cinco años.

El ámbito en el que una mayor proporción de inmigrantes dice sentirse discriminado es el laboral (30,6%), seguido de "la calle" (21,3%), la vivienda (18,6%) y los locales públicos y comercios (18,3%).

Este porcentaje desciende al 16,6% al ser preguntados por la escuela, al 15,5% por su trato con la policía o funcionarios, al 11,8% por su relación con los vecinos y al 6,4% por el ámbito de la sanidad pública, que es con diferencia el medio en el que una menor proporción de inmigrantes manifiesta haber sido discriminado.

Según recoge la encuesta, estos datos sugieren que "los procesos de discriminación pueden producirse más fácilmente en el seno de la sociedad civil, que en contextos mediados por instituciones públicas, donde parece aplicarse un tratamiento más igualitario, propio de su regulación normativa".

Señala, asimismo, que puede haber una mayor tendencia a que se produzca en relaciones anónimas (en la calle) que en las relaciones más cercanas (en el vecindario).

Respecto a la procedencia de las personas inmigrantes, se puede concluir que, con carácter general, son los africanos, con un 50,9%, los que se muestran más discriminados, especialmente los llegados del Magreb, donde la proporción llega hasta el 51,1%.

Sólo en el caso de los temas relacionados con la vivienda y la convivencia con los vecinos, son superados los africanos por los procedentes de América Latina (50,3%).

En el otro extremo si situaría el colectivo de personas llegadas de Europa del Este que, según recoge la encuesta, son los que se sienten menos discriminados con un 31,8%.