Vázquez considera que estos instrumentos por sí solos no sirven para gran cosa, y su constitución y normas de funcionamiento deben formar parte del cuerpo legislativo sobre gobierno corporativo, tal y como ha sucedido con las retribuciones, para poder evitar casos como el uso indebido de las tarjetas por parte de los antiguos consejeros de Caja Madrid.

“Estos temas son importantes tanto para los accionistas como para la sociedad en general, porque denota una falta de control en la entidad, cuyos nombramientos se basaban en las afinidades personales y políticas, más que en las capacidades de gestión”, según ha manifestado a Servimedia.

De acuerdo con el último informe elaborado por el Observatorio de la RSC sobre las empresas del Ibex, correspondiente al ejercicio de 2012, aunque la mayoría de compañías del selectivo español contaban con un canal de denuncias, tan sólo el 43 por ciento lo tenía establecido para todas las partes interesadas y era de carácter anónimo.

Sobre la efectividad de estos canales, Vázquez se muestra escéptico. “La efectividad no se conoce, puesto que de lo único que informan las empresas es sobre su existencia, pero no del número de denuncias o cómo se han gestionado”, afirmó.

En este sentido, insiste en la necesidad de poner en marcha de un sistema garantista que permita el anonimato o confidencialidad de quienes denuncia los echos, bien sean empleados o no, y que el sistema de control del canal esté en manos de entidades independientes de la entidad y tengan la capacidad suficiente para poner las sanciones que sean preceptivas.

“Los actuales sistemas de control no han funcionado. Desde el Banco de España a los establecidos por las propias entidades. Todo esto pone en evidencia que los sistemas se corrompen de una forma genérica y el sistema expulsa a los que quieren evitar este tipo de conductas”, concluyó Vazquez.