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Condenados al pago de una multa de 900 euros los dos independentistas catalanes que quemaron un retrato del Rey en la Diada de 2013

MADRID
SERVIMEDIA

El juez ha impuesto una multa de 900 euros a cada uno de los dos jóvenes independentistas catalanes, Guifred Peguera Comas y Jordi Nogué Hernández, que este jueves fueron juzgados en la Audiencia Nacional por un delito de injurias a la Corona, por haber quemado un retrato del rey Juan Carlos durante la manifestación de la Diada del 11 de septiembre de 2013 en Mataró (Barcelona).

El tribunal consideró “perfectamente probado” que los acusados cometieron una acción que debe considerarse como “injuriosa y premeditada” con el objetivo último de “desprestigiar a la Corona” como símbolo de “la unidad y permanencia del Estado constitucional que protege los derechos de todos”.

En aplicación del artículo 491.2 del Código Penal, el juez acordó aplicar a los encausados la pena mínima prevista para este tipo de delitos “en atención a la situación socioeconómica” de los dos jóvenes, de 23 y 24 años, que no tienen antecedentes penales y son estudiantes. En consecuencia tendrán que pagar sendas multas de 900 euros o cumplir penas de cárcel sustitutoria.

La defensa de los encausados advirtió en sus conclusiones que “los tiempos han cambiado” y justificó la quema de un retrato del Rey en el “descrédito” de la Corona. Además, argumentó que la crítica a las instituciones del Estado está amparada y protegida por la Constitución en el capítulo dedicado a la libertad de expresión.

Insistió en que los últimos años han sido “convulsos” para la Monarquía en España, por lo que una protesta “extrema” como esta no se puede interpretar lo mismo que hace “10 o 15 años”. De hecho, destacó, “ha habido muchas críticas al Monarca en medios de comunicación, que han sido mucho más injuriosos hacia la persona del Rey y hacia la institución y, sin embargo, se persigue a unas personas que han quemado un símbolo”. “Los tiempos han cambiado y si esto se hubiera hecho hace unos años, hubiera tenido otro significado. Ahora se puede entender como un acto de protesta, extremo, sí, pero no hiriente”, concluyó.

En cambio, la Fiscalía insistió en que la acción se realizó con la intención de “ofender de manera humillante, gratuita e hiriente” a la monarquía como “símbolo de la unidad y permanencia de la nación española”.

La Fiscalía señáló que los actos protagonizados por los dos jóvenes suponen un “escarnio y vejación” a la Corona, por el hecho de que el retrato del monarca se colocó boca abajo antes de ser rociado con un líquido inflamable y quemado.

Rechazó, por tanto, que la protesta pudiera verse amparada por el derecho de manifestación o de libertad de expresión. En cambio, la defensa insistió en que la protesta fue pacífica, no estuvo acompañada de lemas o expresiones ofensivas y se llevó a cabo a cara descubierta.

Durante su declaración ante el juez, los acusados reconocieron que “planificaron” la acción y admitieron que volverían a hacerlo. Algo que reafirmaron tras salir de la Audiencia Nacional y reunirse con un grupo de una veintena de manifestantes que les habían acompañado al juicio.

DIPUTADOS EN EL JUICIO

Los diputados Joan Tardà (ERC) y Jon Iñarritu (Amaiur) acudieron esta mañana a la Audiencia Nacional para respaldar a los independentistas Guifred Peguera Comas y Jordi Nogué Hernández, y asistieron como público a la vista. Los jóvenes llegaron acompañados de una quincena de personas que portando camisetas reivindicativas pidieron su absolución a las puertas del Tribunal.

La Policía encargada de vigilar la sede judicial identificó a todos los presentes y tras advertirles de que su concentración era una manifestación no autorizada, le notificaron la imposición de una multa de 300 euros a cada uno.

Para acceder como público a la sala de vistas, los acompañantes de los encausados tuvieron que cubrir sus camisetas o darles la vuelta. También tuvieron que hacerlo Peguera y Nogué para que durante en juicio no se puediera leer en ellas el lema “yo también quemo la corona española”.

La Fiscalía pedía para los dos jóvenes una multa de 10.800 euros y en caso de no satisfacerse esas cantidades serían encarcelados por cinco meses. Ambos inculpados se acogieron a su derecho a declarar en catalán, lo que motivó escenas casi hilarantes durante el juicio.

Una de ellas se produjo cuando el juez preguntó su edad a Peguera y éste le respondió “23 anys”. El traductor se apresuró a trasladar la respuesta en castellano. El juez le espetó entonces que era “absurda” su intervención puesto que el inculpado respondía en castellano, a lo que el joven puntualizó que había hablado “en catalán”.

(SERVIMEDIA)
02 Oct 2014
SGR/gja