Alrededor de 110 profesionales de diferentes perfiles trabajan en este centro de tratamiento específico, entre las 80 personas que componen el personal local y los 30 expatriados de diferentes nacionalidades mantenidos por la organización humanitaria en el marco de este dispositivo, siete de ellos delegados de Cruz Roja Española. Se prevé que en las próximas dos semanas este recurso sanitario acoja a un máximo de 10 pacientes, para ir adaptando las necesidades del centro y del personal.

El Centro de Tratamiento cuenta con todas las áreas necesarias para realizar desde el ‘triage’ de los pacientes al aislamiento y posterior tratamiento hasta su recuperación; así como con todas las instalaciones de agua y saneamiento básico. La infraestructura, de 10.000 metros cuadrados, está basada en tiendas de campaña y construcciones temporales de madera y chapa.

Con este recurso sanitario, Cruz Roja Española pretende contribuir a frenar la expansión del ébola al permitir “que los afectados tengan acceso a un tratamiento en mejores condiciones, tanto por seguridad como por dignidad”, según la directora de Cooperación Internacional de Cruz Roja, María Alcázar.

Por su parte, Lucía Benavent, enfermera de Cruz Roja que regresó este lunes de Sierra Leona, calificó de “muy emocionante y emotivo” el momento de recibir a los primeros pacientes en el Centro de Tratamiento, porque significaba el éxito de la operación.

Mantener una buena hidratación y alimentación de los pacientes; controlar los síntomas; prestar apoyo psicosocial y emocional; y ayudar a morir con dignidad a los infectados que alcancen la fase terminal de la enfermedad son los trabajos que desarrollan los profesionales sanitarios en el Centro de Tratamiento de ébola.

Este recurso sanitario ayudará, en palabras del responsable de Emergencias de Cruz Roja Española, Iñigo Vila, a descargar al Hospital General de Kenema de la atención a pacientes a causa del ébola, evitando así el temor de la población a acudir al centro sanitario para tratarse de otras enfermedades.

En este contexto, María Alcázar advirtió de que una de las consecuencias de este brote es que “ha superado las capacidades de sistemas sanitarios que ya de por sí son débiles”, por lo que es muy importante todo el apoyo que pueda prestarse, tanto para el tratamiento de los pacientes afectados por ébola, como “para intentar que se dé el tratamiento adecuado a otro tipo de pacientes y no dejen de tratarse otras enfermedades”.

La responsable de Cooperación de Cruz Roja incidió en la importancia de aunar esfuerzos para seguir combatiendo el virus y de continuar trabajando en materia de información, sensibilización y adecuada gestión de los cadáveres.

El Centro de Tratamiento de ébola puesto en marcha por Cruz Roja Española cuenta con un cementerio anexo y la gestión de los cadáveres es tarea del personal de la organización humanitaria.

Según el responsable de Emergencias de Cruz Roja Española, Iñigo Vila, en este recurso sanitario disponen de “una morgue donde los cadáveres permanecen varios días para ser desinfectados y posteriormente pasan a ser enterrados”, tras desestimarse junto con diferentes autoridades la idea de la incineración.

En este punto, los profesionales sanitarios inciden en la importancia de que las familias no toquen a los fallecidos, teniendo que romper así con uno de sus rituales tradicionales.

Según los últimos datos de la OMS, hay 5.017 casos de ébola entre confirmados, sospechosos y probables. Hasta el momento se han registrado 2.404 muertes a causa de la epidemia, la más grave registrada desde la aparición del virus.