Según informa la Asociación El Defensor del Paciente, esta mujer, tras presentar un episodio de parálisis parcial de la cara y dificultad para hablar, fue remitida por su médico de cabecera al Complejo Hospitalario de Jaén, donde le practicaron una analítica de sangre, que reveló muy pocas plaquetas, concretamente 25.000, cuando el valor normal oscila entre 150.000 y 400.000.

La paciente fue diagnosticada de un trastorno hemorrágico llamado "Púrpura Trombocitopénica", una patología en la que el sistema inmune destruye las plaquetas. Según la asociación, este mal tiene tratamiento y las perspectivas de curación son buenas, siempre que se tomen las medidas necesarias a su debido tiempo.

Sin embargo, a pesar de que el estado de la enferma era delicado y empeoraba por momentos, produciéndole vómitos con mareo, así como inestabilidad y gran debilidad, fue dada de alta, sin que el equipo médico planteara siquiera la posibilidad de una transfusión de plaquetas, una práctica habitual en este tipo de patologías que se emplea para prevenir el riesgo hemorrágico.

Tras dos días en su domicilio, la paciente se despertó con un gran malestar y vómitos, por lo que su marido, alarmado, la trasladó en su coche hasta el Hospital de Jaén, donde la mujer llegó sin conocimiento. Ingresada en la UCI con tan sólo 9.000 plaquetas, los médicos ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

El SAS admite que faltó una prueba diagnóstica fundamental denominada "frotis de sangre" y asume que la asistencia médica fue "incompleta", pues con el resultado de dicho análisis se podrían haber cuestionado el diagnóstico y el tratamiento inicial.