Morenés, según recoge Servimedia de un artículo publicado este viernes en el diario El Mundo, subraya que esta faceta del banquero, tras su muerte este pasado miércoles, “ha caído en los márgenes en blanco” de las crónicas y sin embargo ha supuesto un “salto cualitativo” en formación, en cultura de Defensa y en investigación.

En concreto, bajo su mando, el Santander firmó dos convenios con el Ejército de Tierra que, según el ministro, permite que cadetes españoles estudien becados en EEUU, que la base Gabriel de Castilla en la Antártida siga como “importante” centro de investigación científica, que se hayan recuperado “importantes piezas” del patrimonio histórico del Ejército, y que la labor divulgativa y de conservación del Museo del Ejército haya recibido un “relevante impulso”.

El titular de Defensa avanza que este “mismo camino” iba a seguirse con la Armada pero la “desgracia de su pérdida ha impedido repetir el modelo”.

No obstante, el propio Morenés en su escrito desvela que Botín “también supo ver en los valores intrínsecos del espíritu militar un bien para su propia empresa” y “tuvo claro desde el principio que sus empleados tenían que aprender de los militares, de sus valores, de sus capacidades, para aportar más y mejor no sólo a la empresa, sino a una sociedad más justa y segura”.

Fruto de esta convicción, pidió a miembros del Ejército que dieran conferencias de liderazgo y superación personal a sus empleados porque, según asegura Morenés que decían, “quería trasladar a su banco un decálogo para el empleado inspirado en el del cadete”.

Para cerrar el escrito, Morenés señala que el Ejército se despide "agradecido de un hombre que abrazó los valores que veía en el uniforme, los hizo suyos y los impulsó con el convencimiento de que ayudar a la Milicia era ayudar a España”