Pujol. Iceta alerta de que los “avatares” de Pujol no solucionan el problema de fondo en Cataluña
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El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, alertó hoy ante el Fórum Europa de que los “avatares” personales de los dirigentes políticos y las revelaciones sobre el fraude fiscal cometido por Jordi Pujol no solucionan un problema de fondo que existe en Cataluña y que requiere un diálogo político para ofrecer una solución a los ciudadanos.
En su participación en el encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, alertó de que la corrupción es “enemiga de la democracia” y, si los demócratas no son capaces de acabar con ella, será ella la que acabe con el sistema político tal y como funciona ahora.
Se mostró partidario de “arrojar luz” sobre lo ocurrido, pero alertó también de que una comisión de investigación en el Parlamento de Cataluña no debería ser la excusa para que los políticos “nos lancemos los platos a la cabeza”. Si el objetivo es “limpiar”, sentenció, puede ser más efectiva la acción de la Justicia.
Cree que, en su comparecencia ante el Parlamento, Pujol no dirá “cosas muy distintas” a las que afirmaba en su comunicado, entre otras cosas porque sabe que el caso llegará a los tribunales y no querrá “perjudicarse a sí mismo ni a su familia” con revelaciones públicas.
Ante ese caso, Iceta defendió al PSC de quienes dicen que ha sido comparsa de la corrupción institucional en Cataluña. Recordó que en tiempos de Banca Catalana, el entonces portavoz de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, sufrió un intento de agresión dentro del Parlamento, y manifestantes convocados por CDC gritaban “matadlo, matadlo”.
Los socialistas catalanes, afirmó, ni utilizaron políticamente aquel caso, ni tampoco lo encubrieron. Reiteró, además, que “reñí” a Pasqual Maragall cuando insinuó la existencia de comisiones irregulares del 3% porque, aunque ahora “parece que vamos a comprobar8” que existieron, en aquel momento pudo ser una afirmación “no fundada” que podían sostener los medios de comunicación pero no un cargo institucional en una sesión parlamentaria.
Cuando uno acusa de corrupción, alertó, debe ser consciente de si tiene pruebas o no, porque en caso de haber solo indicios es mejor acudir a los tribunales o, en el caso de existir, como en Cataluña, a la Oficina Antifraude.
Reconoció, a modo de autocrítica, que tras el caso Banca Catalana se extendió en Cataluña una especie de “vacuna” en la lucha contra la corrupción, en la que también cayó el PSC, y durante todo el tiempo posterior, hasta ahora, se pensó que era un territorio libre de corrupción.
Iceta aseguró que en ese terreno no le gusta recurrir a la “tinta de calamar” porque en última instancia perjudica a toda la actividad política, y criticó la comparecencia del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados para hablar de la situación fiscal de Pujol.
“No me gustó nada”, aseguró, porque lejos de ayudar a eliminar la corrupción, “sigue ofreciendo pretextos a quienes quieren esquivar sus responsabilidades”.
Le dijo, además, que los corruptos son siempre personas, nunca ideas, y el catalanismo no es ahora ni más ni menos corrupto que antes. Los mecanismos del Estado no pueden utilizarse “para la lucha política”, advirtió, ni puede parecer siquiera que se utilizan.
En su crítica a Montoro, aseguró además que actitudes como preguntarse si los actores que critican al Gobierno cumplen o no sus obligaciones tributarias pueden ser cometidas “por todo el mundo, menos una persona, el ministro de Hacienda”.
Iceta no cerró la puerta a reclamar en el Parlamento de Cataluña la comparecencia de Artur Mas para “aportar datos” sobre Pujol, en caso de que en algún momento crean que los puede dar.
Preguntado por Mas, explicó su tesis de que “cometió un error” al decir, en su primera comparecencia pública tras el comunicado de Pujol, que era una cuestión privada y familiar, porque el caso afecta a quien ha sido 23 años presidente de la Generalitat y reconoce haber defraudado impuestos durante al menos 34 años.
También considera “de mal gusto” decir que Pujol debería “desaparecer”, y alertó, en ese sentido, de que lo necesario es dar cuentas de lo ocurrido ante los ciudadanos, “arrojar luz” y depurar responsabilidades.
En varias ocasiones, alertó de que esas revelaciones, como los “avatares” de cualquier dirigente o formación política, no despejan el problema de fondo, y “se equivocan” quienes piensan que eso, o la derrota de CiU, puede ser la solución a la tensión territorial. Es verdad que esos factores pueden “entorpecer el proceso, pero no harán desaparecer el problema”, e incluso pueden “complicarlo más”.
(SERVIMEDIA)
09 Sep 2014
CLC/isp