Según la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), en el caso del olivar la recolección está paralizada prácticamente desde hace un mes, y las primeras estimaciones calculan que de una cosecha de 5,5-6 millones de toneladas de aceituna, el 70% está aún por recolectar.

Concretamente, en Badajoz se estima que se ha perdido entre el 20 y el 30% de la aceituna, en Cuenca están afectadas la inmensa mayoría de las casi 30.000 hectáreas, en Toledo se puede perder el 50% de la producción y en ciudad Real incluso el 60%.

En Andalucía se puede haber perdido más del 40% de la producción olivarera de Granada, lo que supone unos 45 millones de euros. En Huelva, pese a que es pronto para realizar un cómputo de daños, la caída de la aceituna al suelo y la imposibilidad de recoger y llevar a las cooperativas los frutos para su transformación en aceite hacen prever que las pérdidas serán muy cuantiosas.

En Córdoba, la recolección lleva paralizada un mes, con más del 20% de la aceituna en el suelo, en Jaén falta por recolectar más del 50% de la aceituna de la provincia y se calcula que ya hay un 15% de la producción perdida, y en Sevilla la producción se va a ver mermada al menos en un 30%.

Por su parte, la hortaliza de invierno está afectada en mayor o menor medida en toda la península, con daños importantes en producciones tanto de invernaderos como al aire libre.

Por regiones, en Murcia el 60% de las hortalizas del Valle del Guadalentín y el 40% del campo de Cartagena han sufrido heladas. El temporal ha afectado especialmente a la alcachofa y en algunas zonas se ha perdido el 100% de la cosecha. También han sufrido las consecuencias de las inclemencias temporales la lechuga, el brócoli, la coliflor y el calabacín. Además, se ha dañado el tomate en la zona de Águilas.

En Alicante, los cultivos de hortaliza de invierno han sufrido daños importantes, aún por evaluar, especialmente en lechuga y alcachofa.

También han sufrido daños las hortalizas al aire libre (alcachofas, ajos, cebollas, forrajes y espárrago) en Granada, fundamentalmente en la Vega, y las hortalizas de invernadero (tomates y pepinos) en la costa granadina y almeriense.

El sector de la fresa y la frambuesa onubense registra los mayores daños en esta provincia. En el entorno de Almonte y Rociana, la llegada de las lluvias justo después de que los cultivos de frambuesas sufrieran heladas ha impedido que se recuperen las plantas, por lo que se calcula de momento que un 40% de la fruta se perderá o tendrá problemas de desarrollo.

En fresa, el 40% de la llamada de primera floración está perdida, y se está originando un retraso significativo en la campaña. A esto hay que sumar que los desperfectos causados por el viento y las violentas lluvias en plásticos e invernaderos supondrán un gasto adicional derivado de los trabajos necesarios para volver a poner en orden las plantaciones. La humedad constante podría, además, provocar malformaciones y mala calidad en el fruto que aún está por salir.