El primer episodio de la serie se emitirá el próximo 19 de enero, y sus tres participantes tienen diferentes discapacidades: Tracy Warren, de 40 años, es una experta en planificación de transporte con movilidad reducida y usuaria de silla de ruedas; Di Cram, de 54, es una magistrada ciega, y Clare Smith es un ama de casa amputada de un brazo.

Como viene siendo habitual en el programa, Wan orientará a cada una sobre el tipo de prendas, el estilo y los colores que más les pueden favorecer.

Para Cram, la participante ciega, Wan ha elaborado un libro en el que reproduce su figura en relieve, para que pueda saber cómo le sentarían determinadas prendas, y le describe en detalle los cortes y colores que están actualmente de moda, ya que la participante perdió la vista hace 30 años.

El asesor de imagen subraya la falta de atención que presta el sector de la moda a las mujeres con discapacidad. “No se orienta a estas consumidoras del estilo que más les puede favorecer, no hay modelos con discapacidad, ni material promocional o informativo sobre los establecimientos que ofrecen prendas para personas con discapacidad”, asegura el experto.

Por su parte, las mujeres con discapacidad se quejan de que la oferta de moda adaptada a sus necesidades es escasa, que la existente es con frecuencia cara, anticuada o ambas cosas, y que muchos establecimientos siguen siendo poco accesibles.

También critican que aunque la mayoría de las revistas y diseñadores utilizan modelos de tallas grandes, mayores o de minorías raciales, la discapacidad sigue estando excluida de las pasarelas y de las publicaciones de moda.

Wan espera que esta temporada de “How to look good naked” contribuya a sensibilizar al público y el sector de la moda de que las mujeres con discapacidad se enfrentan a numerosas dificultades para encontrar ropa adecuada y favorecedora.