Este dato refleja, según el CGN, una concienciación social sobre la importancia que tiene la firma de un poder preventivo para asegurar la defensa de los intereses de las personas en caso de que carezcan de capacidad para poder manifestar su propia voluntad.

El aumento de la esperanza de vida y la sensibilización ante las incapacidades y enfermedades asociadas a la vejez son dos de los motivos que explican el incremento de estos poderes.

Otros instrumentos preventivos, como la autotutela (por la que se designa un tutor que actúe en nombre de la persona cuando ésta carezca de capacidad) o el documento de voluntades anticipadas (en el que se indica qué asistencia o tratamientos médicos se desean recibir si se da el caso de incapacidad para manifestarse), se duplicaron también en los últimos siete años.

Por su parte, el total de apoderamientos descendió un 18,9%, salvo el referente al poder general de hijos a padres, que se suele otorgar cuando los hijos encuentran trabajo en el extranjero y necesitan que se realicen determinadas acciones en su nombre en España.

“Todos los poderes requieren un tratamiento especializado, por lo que es conveniente explicar al notario por qué y para qué se desea realizar un poder”, señaló el presidente del Consejo General del Notariado, José Manuel García Collantes.

A este respecto, el CGN ha editado 300.000 trípticos informativos bajo el título ‘¿Qué es y para qué sirve un poder notarial? ¿Y los instrumentos de protección de la persona?’, con el objetivo de informar acerca de la utilidad y competencias de estas herramientas.