Para la entidad británica, los estándares laborales de la cadena de suministro son un elemento clave para los inversores puesto que pueden afectar desde el punto de riesgos a la situación financiera y reputacional de las empresas.

En este sentido, se señala en la publicación la necesidad de comprobar que los códigos de las empresas cubren estándares laborales como la prohibición del trabajo infantil y el trabajo forzoso, la no discriminación, la libertad de asociación, la salud y seguridad en los centros de trabajo, los salarios, las horas extraordinaria, y las prácticas disciplinarias.

Además, otro elemento que deben tener en cuenta es la relación que tienen las empresas con sus proveedores y como extienden a éstos los códigos y principios de estándares laborales requeridos, así como las iniciativas que llevan a cabo con el fin de mejorar las faltas detectadas.

La existencia de canales de participación de los grupos de interés, y en concreto de las organizaciones sin ánimo de lucro, es considerada como una vía para que las empresas mejoren las condiciones existentes en los proveedores al ofrecer una oportunidad para trabajar conjuntamente con otros.