BALEARES

EL 4% DE LOS TRASPLANTES DE RIÑÓN REALIZADOS EN ESPAÑA PROCEDE DE UN DONANTE VIVO, SEGÚN LA ASOCIACIÓN DE UROLOGÍA

MADRID
SERVIMEDIA

El cuatro por ciento de los aproximadamente 2.200 trasplantes de riñón realizados en España procede de donantes vivos, una cifra que hace pocos años era del uno por ciento, según el coordinador del Grupo de Trasplantes de la Asociación Española de Urología (AEU), Antonio Alcaraz. En opinión de este experto, la revolución de la técnica del trasplante en vivo ha sido posible gracias a la utilización de la nefrectomía laparoscópica (extirpación total o parcial del riñón) en donante vivo, es decir, al uso de una técnica que es mínimamente invasiva.

Esta técnica, continúa el experto, permite al donante una recuperación más rápida que la que era necesaria cuando se utilizaban otros procedimientos y le reduce hasta en un cincuenta por ciento la necesidad de tomar analgésicos en el posoperatorio.

Por otro lado, la cicatriz y el daño estético para el paciente es también menor; "no tiene nada que ver con las técnicas antiguas", señala el doctor Alcaraz.

Actualmente, más del setenta por ciento de los riñones trasplantados de un cadáver mantiene su función diez años después, mientras que un riñón trasplantado a partir de un donante vivo tiene una expectativa media de vida en torno a los veinte años, indica la Asociación Española de Urología.

Aunque esta asociación considera que las altas tasas de donación permiten hablar de la sociedad española "como de una población significativamente altruista", cree fundamental continuar insistiendo en la necesidad de que aumente el número de donantes vivos.

"Hace 20 años el perfil de un donante respondía, por lo general, a un joven o adolescente que fallecía en accidente de tráfico. Esto ha cambiado y actualmente dos tercios de los donantes ya no son de este subgrupo de edad, sino que son mayores de 50 ó 60 años. Este cambio significa que se trasplantan riñones que no son tan adecuados para un receptor joven", advierte el doctor Alcaraz.

Otra consecuencia de esta nueva situación radica en que si bien para gente mayor la lista de espera no es demasiado grande, no sucede lo mismo para los pacientes más jóvenes. "En estos últimos casos es donde el donante vivo resulta fundamental, y más cuando se sabe que el tiempo de espera en diálisis es un factor pronóstico para determinar cómo va a funcionar el riñón que trasplantemos", subraya el experto de la AEU.

(SERVIMEDIA)
18 Jul 2006
IGA