(Reportaje) ¿Se puede ser feliz con discapacidad?
- El sociólogo y catedrático británico Tom Shakespeare reflexiona sobre este tema en un programa radiofónico de la BBC
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Tom Shakespeare, conocido sociólogo británico y profesor de la Universidad de East Anglia (Gran Bretaña), aborda el tema de la discapacidad y la felicidad en uno de los programas del espacio radiofónico ‘A point of view’ ('Punto de vista') de BBC Radio 4. Se trata de una reflexión realizada desde su propia discapacidad, ya que Shakespeare tiene acondroplasia.
“Son muchas las personas que asocian la discapacidad con no poder hacer cosas, el fracaso y la dependencia; que sienten compasión por los que tienen discapacidad y creen que deben ser muy infelices”, asegura el sociólogo en la emisión de ‘A point of view’ titulada ‘Disability’, que puede escucharse en el sitio web de podcast de esta cadena de radio y televisión ('http://www.bbc.co.uk/podcasts').
“Sin embargo, son numerosas las encuestas que han revelado que las personas con discapacidad se muestran satisfechas con su calidad de vida y la consideran tan buena, o incluso mejor, que la de las personas sin discapacidad”, explica Shakespeare, que también es un destacado activista de los derechos de este colectivo en Gran Bretaña, autor de numerosas obras sobre discapacidad, genética y bioética, entre ellas el 'Informe Mundial sobre Discapacidad', de la Organización Mundial de la Salud.
En su opinión, los resultados de esos estudios podrían deberse al hecho de que para las personas que han nacido con una discapacidad esa es su “situación normal”. “Los que son sordos o ciegos de nacimiento, nunca han experimentado la música, las artes visuales o un paisaje sublime. Alguien con una discapacidad intelectual posiblemente no se considere diferente a los demás. Yo tengo talla baja y para mí es lo normal, siempre he sido así. Aunque la vida sea a veces dura para nosotros, estamos acostumbrados a ser como somos”, asegura Shakespeare.
DISCAPACIDAD SOBREVENIDA
Sin embargo, Shakespeare reconoce que esto podría ser diferente cuando la discapacidad sobreviene a lo largo de la vida. “Suele haber una trayectoria típica, lo puedo decir también por experiencia, ya que tengo parálisis desde 2008”, señala el catedrático.
“Después de que se produzca la discapacidad, es frecuente experimentar una profunda tristeza y depresión e, incluso, contemplar el suicidio. Tras un cierto período de tiempo, la mayoría de la gente se adapta a su discapacidad, e incluso algunos consiguen logros mayores que antes, un ejemplo de ello son los atletas paralímpicos”, subraya.
Para Shakespeare, adaptación significa encontrar nuevas maneras de hacer las cosas: “Por ejemplo, una persona con paraplejia seguramente preferirá conducir para recorrer una distancia larga que hacerlo en su silla de ruedas, o empezará a valorar otras cosas, como quedar con los amigos a cenar en lugar de salir con ellos de excursión".
“Esto nos enseña una lección importante: que el ser humano puede adaptarse a casi cualquier situación y encontrar satisfacción y felicidad en las cosas pequeñas, señala el sociólogo”, para quien la integración, y no la discapacidad, es la clave. Por eso lamenta que los recortes en el gasto público aplicados por el actual Gobierno de su país hayan hecho empeorar la situación de las personas con discapacidad en muchos ámbitos.
NO TODAS LAS DISCAPACIDADES SON IGUALES
Tom Shakespeare sostiene que “la discapacidad no es necesariamente una tragedia”; sin embargo, matiza, “no todas las discapacidades y dolencias son iguales, algunas pueden conllevar mucho sufrimiento, lo que las hace menos compatibles con una buena calidad de vida”.
También reconoce que las personas con discapacidad suelen tener menos posibilidades de elegir que las que no tienen discapacidad, debido a problemas como la falta de accesibilidad. “Incluso en las sociedades más libres de barreras las personas con discapacidad dependen más de elementos mecánicos como coches o ascensores que pueden no funcionar en ocasiones, lo que deja al individuo excluido o dependiente”, subraya.
“A veces las dificultades de la vida tienen otros beneficios, como adquirir sentido de la perspectiva o valores reales. Los que necesitan vidas fáciles pueden perderse cosas. Si siempre recordamos eso, quizás aceptaremos mejor la discapacidad y tendremos menos prejuicios hacia ella”, concluye.
(SERVIMEDIA)
28 Jun 2014
LVR/caa